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Los 'arqueólogos de los burdeles' que se dedican a excavar antiguos prostíbulos

Dos investigadores gallegos excavan antiguos burdeles para dar con la historia de cada uno de ellos.

Antiguo prostíbulo abandonadoAntena 3 Noticias

Xurxo Ayán y Carlos Otero son dos investigadores gallegos que han puesto en marcha un proyecto de lo más sorprendente: excavar antiguos prostíbulos abandonados junto a carreteras nacionales. La idea surgió con cierta sorna y rodeada de broma, pero, avanzados los trabajos, se ha convertido en toda una curiosa investigación.

Con sus estudios se conoce qué música sonaba en el local, qué se bebía y quiénes trabajaban en algunos de los burdeles. Se han convertido, con ello, en 'los arqueólogos de los burdeles de Galicia y de El Bierzo'.

Para esto han creado un gran mapa de localización de prostíbulos y se han puesto manos a la obra.

Un infierno para las prostitutas

Uno de los burdeles estudiados es el Blanco y Negro, de Bembibre, en El Bierzo. Abandonado tras la construcción de una autovía, que lo alejó de la zona de paso de la mayor parte de los clientes, se convirtió en un auténtico infierno para las mujeres que allí se prostituían.

Ocupaban habitáculos minúsculos, sin camas y solo con colchones y tablas, y las alimentaban a base de bocadillos. Con el hallazgo de ciertos medicamentos, se desprende que, además, estas mujeres solían estar drogadas y alcoholizadas. Las facturas encontradas, los restos, los aparatos de música y el mobiliario aportan la mayor parte de los datos.

El Páramo de Sil, en León, es otro de estos locales. Era frecuentado por los trabajadores de la central térmica y su vida terminó con el fin del ciclo del carbón. La barra continúa en pie, aunque rodeada de desperdicios y sacos de pienso.

Escenario de una de las tramas de prostitución más importantes

Diferente a estos anteriores es el Eros, en Lugo, conocido por haber sido precintado por la Policía durante el desarrollo de la Operación Carioca, una de las más importantes tramas de prostitución. Ardió tras su cierre obligado, pero todavía queda algo por explorar en su interior: prendas de ropa, mesas, relojes...

Un trabajo que continúa su curso y que promete seguir excavando los antiguos prostíbulos de España.

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