Huelva
Un rostro esculpido de un metro de altura ha aparecido en esta playa de Huelva. Para los vecinos de la cercana población de Mazagón es todo un misterio.
La playa de Rompeculos es un paraíso en la costa de Huelva. Este arenal virgen está ubicado a los pies del Parque de Doñana y tiene la consideración de paraje natural. Ahora, este rincón tan especial entre Mazagón y Matalascañas tiene un atractivo más para los bañistas: una cara misteriosa.
Un artista desconocido ha esculpido en una de sus dunas un enigmático rostro de un hombre de avanzada edad con barba. Puede medir algo más de un metro y su penetrante mirada vigila el acceso a la playa.
Mientras se camina hacia la arena es difícil dejar de mirar al mar, por ello, para algunos usuarios esta escultura puede pasar desapercibida, ya que está esculpida en un punto algo elevado en el lado derecho del camino. Las altas paredes de sedimentos arcillosos, que al perecer se formaron en la era cuaternaria, han sido el lienzo en blanco para el escultor anónimo.
También es una incógnita cuándo fue creada. Un equipo de Antena 3 Noticias, que se ha desplazado hasta la escultura, ha preguntado sobre este punto a algunos usuarios habituales de este lugar. Calculan, sin mucha seguridad, que podría haber sido descubierta aproximadamente hace unas tres o cuatro semanas. Un joven escala ante la cámara para observar la talla desde cerca y asegura que, por la erosión de los surcos, "se nota que tiene tiempo esto".
Seguramente que, además de por las incógnitas de la cara misteriosa, también se preguntan por el peculiar nombre de esta playa. Según varias fuentes consultadas, se debe a una vía de agua que se fue abriendo paso entre las dunas, justo por donde a día de hoy se ubica la larga pasarela de madera que da acceso a la arena, formando lo que parece un gran trasero. Un nombre que se remontaría al siglo XIX.
Y aunque es frecuentada por todo tipo de público, es considerada una playa nudista. Por su tranquilidad y por estar alejada de zonas urbanizadas, es un paraje perfecto para disfrutar del mar sin bañador, alejado de miradas curiosas. Bueno, salvo de la inquietante mirada de la cara misteriosa.