RIESGO EN EL CENTRO Y SUR DE LA PENÍNSULA
Una ola de calor que trae temperaturas extremas es peligrosa para cualquier persona, pero lo es más para los mayores.
Su organismo percibe peor la sensación de sed o calor y no se defiende de estos riesgos. Además, la mayoría padece ya enfermedades crónicas en las que influyen las altas temperaturas. Además toman medicinas que pueden funcionar de forma distinta al calor. Por ello hay que tener especial atención con aquellos ancianos que vivan solos, dado que no pueden alertar instantáneamente si les ocurre algo.
Otro grupo de riesgo son los niños. El calor puede provocarles taquicardias, desorientación, irritación con llanto desesperado y hasta fiebre.
También hay que tener especial cuidado con las embarazadas. El calor puede provocar partos prematuros e incluso pérdida de peso en el feto, por ello, durante las olas de calor hay que extremar la precaución.