CASO GABRIEL CRUZ
Ana Julia Quezada ha sido considerada por el jurado popular culpable del asesinato de Gabriel Cruz. Los nueve miembros del jurado, siete mujeres y dos hombres, han estado deliberando durante dos días y en su veredicto han creído probado que hubo alevosía en el crimen de Gabriel Cruz, pero no está probado el ensañamiento.
Asesinato con alevosía pero no con ensañamiento
El jurado determina que Ana Julia Quezada asesinó con alevosía al niño tras "lanzarlo contra el suelo o pared" de la habitación del cortijo "de forma intencionada, súbita y repentina". Además ven claro que lo hizo consciente de su "superioridad" por diferencia de edad y por complexión.
El jurado también considera acreditado que Gabriel "confiaba" en la acusada por estar "íntimamente ligada" a su entorno familiar, y "no tuvo posibilidad de defenderse ni de reaccionar", lo que aboca a Quezada a la prisión permanente revisable. De este modo, el jurado asume las teorías de la Fiscalía.
No obstante, descartan, según lo mantenido por la acusación particular, que aumentase de manera deliberada e inhumana el sufrimiento del niño al darle muerte y rechaza que haya pruebas que respalden que le diera "golpes, dejándolo aturdido" entre 45 y 90 minutos para después "taparle la boca y la nariz hasta llevarle a la muerte".
Probados los daños psíquicos a los padres de Gabriel
Además de dar muerte al niño, el jurado considera probado el daño a los familiares al llevarse el cuerpo, sacarle la ropa, esconderle y poner una camiseta en otra zona. Queda probado también el diagnóstico psiquiátrico de Patricia Ramirez, la madre de Gabriel Cruz, y que Angel Cruz, padre del niño, sufre una afectación crónica psíquica con dificultades para desarrollar su actividad.
No probado que estuviera bajo los efectos de los ansiolíticos
El jurado no tiene pruebas para determinar que Ana Julia Quezada se encontrara bajo los efectos de medicación ansiolítica, y que eso le llevara a ocultar lo acontenido hasta su detención. Por lo tanto, "la acusada era consciente del daño que le infringía"
Ana Julia siempre reconoció que mató a Gabriel
Ana Julia Quezada siempre ha reconocido que mató al niño. Con un escueto 'sí', Ana Julia Quezada respondió a la primera pregunta de la fiscal Elena Fernández Lora, quien le preguntó si "dio muerte al hijo de su pareja sentimental". Sin embargo, aseguró que esa no era su intención y que solo le tapó la boca para que se callara: "No quería hacerle daño al niño, quería que se callara", aseguraba Quezada, que añadía que estaba "muy nerviosa".
También, durante su declaración en el juicio, Ana Julia reveló que fue ella quien puso la camiseta del niño, "quería que me encontraran, no podía más, no podía aguantar más ese secreto y no podía decírselo con mis propias palabras a nadie", aseguró la acusada .
En dos ocasiones ha pedido perdón a la familia, en su declaración y también en su alegato final, "solo espero que Dios me perdone" dijo entre lágrimas.
Estas eran las peticiones de la Fiscalía, la Defensa y de la Acusación particular
La fiscalía pide prisión permanente revisable por un delito de asesinato con agravante de alevosía, por lo sorpresivo del ataque y la indefensión del niño en un lugar apartado y con una persona conocida . También solicita otros 10 años más de prisión por dos delitos de lesiones psíquicas contra los padres de Gabriel Cruz. Además le pide una indemnización para los padres y a la abuela y también el coste de 200.203 euros generado al Estado por el dispositivo de búsqueda de Gabriel.
La acusación particular, el abogado de los padres, pide también prisión permanente revisable por un delito de asesinato con ensañamiento. Considera que Ana Julia pudo salvar la vida del niño porque estuvo alrededor de una hora agonizando. "Nunca he visto tanta crueldad" dijo el letrado durante el juicio. La declaración de un perito médico que realizó un informe a petición de la familia destacó en el juicio que la acusada "usó una violencia intensa y extensa" y aseguró que simplificar la causa de la muerte a una simple asfixia supondría banalizar lo ocurrido.
La defensa, sin embargo, mantiene que fue una muerte accidental, un homicidio por imprudencia grave al taparle la boca al menor. Propone como atenuantes la confesión y el arrebato porque entiende que la agresión se produjo tras un golpe de ira. Reconoce que también podría considerarse como homicidio doloso, porque la víctima, Gabriel Cruz, es menor de 16 años.
¿Cuándo se sabrá la condena?
Ahora, será la presidenta del tribunal la que tenga que dictar la sentencia y la que especifique los años de condena y las multas económicas sobre Ana Julia Quezada.