NO QUERÍA DEJAR PRUEBAS

Ana Julia Quezada buscó una ruta por carreteras secundarias para no ser grabada mientras transportaba el cadáver de Gabriel

Los investigadores tienen claro que Ana Julia pensaba cada acción que ejecutaba en relación al crimen de Gabriel, pero llegó a perderse con el coche y hasta tuvo que preguntar en un club deportivo cómo llegar a Vícar, localidad en la que vivía con el padre del menor.

En un contenedor de vidrio en la barriada de Retamar fue donde Ana Julia tiro la ropa de Gabriel tras haberlo matado, según ella misma indicó a los agentes, pPero los investigadores tienen claro que la asesina confesa pensaba cada acción que ejecutaba.

Por eso, el día de su detención en la localidad de Vícar, buscó una ruta por carreteras secundarias, cuyo único objetivo era que el coche en el que transportaba al niño no fuera grabado por ninguna cámara de seguridad de la autopista, restaurante o gasolinera.

Sin embargo, en el trayecto llego a perderse y, como era domingo, sólo estaba abierto un club deportivo en el que preguntó cómo se podía llegar a Vícar, localidad en la que vivía con Ángel Cruz, el padre del menor.

La vivienda tiene garaje y trastero y es una zona muy poco frecuentada por los vecinos, motivo por el que los agentes creen que ella pretendía esconder el cuerpo allí. Sin embargo, no queda claro si el fin era descuartizarlo y arrojarlo en varios contenedores o sólo ocultarlo.

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