Bacteria
La joven estuvo doce días en coma y sufrió varias paradas cardiorrespiratorias. Cuando se despertó no notaba ni sus manos ni sus pies.
La vida de Carla, una joven de 25 años de Valencia, era completamente normal hasta que una bacteria le arrebató las manos y las piernas. Esta joven acudió al hospital para realizarse una sencilla intervención: tenían que quitarle un bulto de la ingle.
Al poco de llegar a su casa, comenzó a tener vómitos y diarrea, por lo que tuvo que volver al hospital. Los médicos estuvieron haciéndole varias pruebas y no encontraron nada, así que volvieron a darle el alta hospitalaria.
Sin embargo, esta joven seguía encontrándose mal, así que decidió volver al hospital. Esta vez sí que le dieron un diagnóstico, tenía una bacteria que se encontraba circulando sin control por su cuerpo. Según explica la joven al programa de Antena 3 'Y Ahora Sonsoles', los médicos decidieron subirla a la UCI para tenerla más controlada, a las pocas horas le indujeron en coma.
La joven sufrió varias paradas cardiorrespiratorias que complicaron todavía más su situación. Tras doce complicados días en coma, la joven se despertó y se dio cuenta de que no sentía ni sus manos ni sus pies: "Los médicos fueron explicándome poco a poco lo que me había pasado".
Carla explica que la bacteria fue muy agresiva porque corrió rápidamente por su sangre y le llevó a sufrir un fallo multiorgánico. "La médico llegó a decirles a mis padres que pasaran a despedirse de mí. Porque yo no salía de ahí", apunta la joven.
La joven señala que su vida ha cambiado por completo: "Llegué el lunes a casa sin mis manos ni mis pies".
A pesar de este duro revés de la vida, Carla se muestra llena de esperanza y está segura de que podrá volver a ser feliz y hacer lo que más le gustaba en la vida: montar a caballo.
"Quiero que esto se vea porque es un problema que cada día suceda más. Antes la gente se moría y ahora un 5% de la población sobrevivimos", concluye.
Las bacterias pueden ser extremadamente peligrosas y, en casos graves, pueden llevar a la necesidad de amputar partes del cuerpo. Aquí hay algunos puntos clave sobre la peligrosidad de las bacterias y cómo pueden causar daños severos.
Un ejemplo son las infecciones bacterianas. Algunas bacterias son responsables de infecciones severas que pueden propagarse rápidamente. Por ejemplo, Staphylococcus aureus, especialmente la variante resistente a meticilina (MRSA), puede causar infecciones graves de la piel y tejidos blandos.
Ciertas bacterias pueden causar la muerte del tejido, una condición llamada necrosis. Clostridium perfringens es una bacteria que causa gangrena gaseosa, una infección que resulta en la destrucción rápida del tejido muscular y puede requerir amputación para salvar la vida del paciente.
Las infecciones bacterianas pueden llevar también a la sepsis, una respuesta inflamatoria extrema del cuerpo que puede causar daño a los órganos y tejidos. En casos severos, la sepsis puede llevar a la necesidad de amputar extremidades para evitar la propagación de la infección.
Para minimizar el riesgo de infecciones bacterianas graves, es crucial mantener una buena higiene, tratar las heridas de manera adecuada y rápida, y seguir las recomendaciones médicas al pie de la letra. Además, el uso responsable de antibióticos es vital para prevenir la resistencia bacteriana.
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