cuarta sesión del juicio por el caso ROMANONES
Uno de los amigos del denunciante por el que se inició la causa judicial conocida como caso Romanones ha explicado que, en el entorno del único acusado de abusos sexuales continuados al entonces menor, notó "excesivo cariño" y ha descrito "besos en el cuello, mucho contacto físico", aunque no abusos.
José Manuel S. ha declarado como testigo de las acusaciones en la cuarta sesión del juicio, que se celebra desde el lunes en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada, y ha detallado que en el entorno del padre Román y el resto de curas y laicos inicialmente implicados vio "excesivo cariño".
"Gracias a Dios a mí no me han tocado ni han abusado de mí", ha subrayado el joven, que ha recalcado ser "amigo íntimo" del denunciante y que ha explicado que abandonó el entorno de la parroquia tras vivir "cosas que no veía normales, situaciones que no eran cómodas" como caricias en el muslo cerca de la zona genital en el salón mientras veían en grupo la televisión.
Ha narrado una situación especial durante unas convivencias en la casa de Pinillos, donde ha dicho que vio a los sacerdotes salir de la piscina y desnudarse todos, que le invitaron a hacer lo mismo "y no lo vi normal, no estaba acostumbrado a ver personas desnudas, no me agradaba".
Ha explicado además que en ese fin de semana le dijeron que tenía que dormir con el padre Román, a lo que se negó, que el único acusado le propuso que le hiciera un masaje que tampoco le dio y que tras dormir esa noche en un colchón en el suelo entre dos adultos, se marchó de Pinillos y se separó del entorno parroquial.
"Era demasiado cariñoso, con besos en el cuello, caricias, abrazos, mucho contacto físico que veía excesivo, me incomodaba", ha declarado este testigo, que ha dicho que se "guardó" sus impresiones, que no compartió con el denunciante hasta años después.
"Los dos sabíamos que hay algo pero evitamos el tema", ha apuntado para describir que no compartió con el denunciante sus temores. En esta cuarta sesión también ha declarado una profesora y conocida del denunciante, cercana a la parroquia del padre Román, para el que la Fiscalía solicita nueve años de cárcel por un delito de abuso sexual con acceso carnal.
Ha explicado que el joven le contó en julio del 2014 que había sufrido abusos y ha recordado que "estaba absolutamente decidido a denunciar" y "firme, muy firme y muy seguro de lo que decía" sobre los abusos que sufrió en el entorno de los Romanones durante varios años.
El joven que denunció los abusos sexuales consideró ayer durante su declaración que el comportamiento del grupo era similar al de una secta, reiteró que sufrió vejaciones y violaciones y explicó que tardó en denunciar porque estaba anulado por el único procesado.