Algas
Los bañistas de esta playa gaditana tendrán que convivir este verano con este alga invasora. Los expertos reconocen que "sí ha aumentado su presencia considerablemente".
El alga invasora ha llegado a la Caleta y parece que para quedarse. Los bañistas de esta céntrica playa tendrán que convivir este verano de nuevo con episodios como los que se han visto estos últimos días. 'Rugulopteryx okamurae', así es como se llama este alga que desde hace años ya aparece en otras zonas del litoral gaditano, en la zona del estrecho de Gibraltar y que ahora prolifera de manera exponencial en la costa de la capital.
Aunque de momento no estamos ante las cantidades que hay en el estrecho, desde el Instituto de Investigación Marina de la UCA, nos confirman que "sí ha aumentado su presencia considerablemente", algo que empieza a preocupar a los expertos. Este alga es arrastrada desde asentamientos submareales cercanos a la playa, donde prolifera de forma rápida y sin control. Al llegar a la orilla provoca el asombro de muchos y las continuas tareas de limpiezas en las que se pueden llegar a recoger toneladas.
El consistorio asegura que no hay estudios que avalen la presencia de este asentamiento en las zonas cercanas aunque Jose Juan Vergara, director del INMAR nos asegura que "si aparecen en la playa es que con casi total seguridad haya asentamientos submareales en la zona".
El ayuntamiento de Cádiz trabaja para solucionar el problema
El ayuntamiento de Cádiz, que ya trabaja con la Universidad para abordar el problema, asegura que de momento "la cantidad encontrada es mínima" aunque las imágenes y los expertos dicen otra cosa.
Desde la administración municipal quieren evitar estampas desagradables causadas por esta planta marina así que el plan de limpiezas de playa está activo desde el 2 de mayo con el inicio de la temporada de baño y asegura que estarán atentos para retirar este alga de inmediato en cuanto aparezca.
El fin es evitar la estampa poco veraniega y agradable que deja este alga en el litoral ante la llegada de turistas y locales. En lo que sí coinciden todos es en que las soluciones para frenar esta proliferación son complicadas y que "una vez asentada es muy difícil quitarla", nos confiesa José Juan Vergara.