Mezcla explosiva
Los casos de incidentes agresivos protagonizados por jóvenes crecen y detrás de muchos de ellos está la mezcla de bebidas alcohólicas y benzodiacepinas, medicamentos recetados para la ansiedad o el insomnio. Desde algunas entidades como la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga, ACLAD, advierten de los peligros de esta mezcla cada vez más frecuente entre menores de edad que también puede provocar mayor desinhibición sexual
Cada vez los jóvenes se inician en el consumo del alcohol más pequeños. A la vez, cada vez hay más personas -menores incluidos- a las que se recetan tranquilizantes. Dos fenómenos que ayudan a entender otra tendencia ascendente: la de los menores que mezclan exceso de alcohol con las llamadas benzodiacepinas, las "benzos" como se las denomina en el argot juvenil de la calle. Un cóctel peligroso ya que multiplica los efectos desinhibidores del alcohol y produce una fuerte agresividad o conductas sexuales de alto riesgo.
"Hace unos días la Policía de A Coruña nos reportó el caso de una pelea violenta entre varios jóvenes en la que un agente también fue agredido. Detrás de este suceso estaría, con mucha probabilidad, esta mezcla", nos cuenta Maite Lage, directora de la Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga, ACLAD, en Galicia.
El suceso, según relata El Ideal Gallego, se habría producido en un conocido callejón de la ciudad gallega donde se reúnen jóvenes problemáticos. Allí acudieron las fuerzas del orden tras la llamada de una madre de una menor intoxicada. Cuando llegaron, relata el medio, los agentes "trataron de inmovilizar a la joven, que medía 1,80 de alto y era fornida, y que se debatía con todas sus fuerzas. Varios menores aprovecharon entonces para atacar a los agentes, uno con una barra de 1,2 metros. Según fuentes del sindicato SUP, todos parecían haber consumido alguna droga que les había vuelto especialmente agresivos".
"Cada vez es más temprana la iniciación en las drogas de los jóvenes, y eso desemboca a todo tipo de conductas. Entre ellas este tipo de combinaciones. Por eso es más frecuente ver a jóvenes con comportamientos más agresivos", explica a Antena 3 Noticias la doctora Lage.
El cóctel de tranquilizantes y alcohol "da muchísima agresividad", continúa la doctora. "A los jóvenes esta mezcla les produce una gran desinhibición, no distinguen la autoridad, ni tampoco son capaces de valorar las consecuencias. Y eso pasa factura con el alcohol y también con ciertas conductas sexuales".
La doctora concluye que el principal problema es la mayor precocidad en muchos comportamientos: "Antes la edad media de la mezcla de tranquilizantes y alcohol rondaba los 25 años, ahora son cada vez más jóvenes, más pequeños. También la ansiedad es más frecuente en nuestra sociedad, y cada vez hay más pacientes menores con este tipo de problemas y más acceso a este tipo de medicamentos y que haya más en circulación". La tormenta perfecta.