Coronavirus
Alberto, un enfermero de Muros (A Coruña), vivió la primera ola de la pandemia de coronavirus trabajando en el servicio de urgencias del Hospital Clínico de Santiago. Con los problemas de falta de material de protección de las primeras semanas, a las pocas jornadas de trabajo empezó a sentirse mal. En apenas unos días una PCR confirmó el positivo.
A partir de ahí todo fue muy rápido. Dos días después de la prueba, ingresó en la UCI, donde fue intubado y sedado, debido a lo afectados que tenía los pulmones. Permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos 49 días.
Después comenzó una larga recuperación en planta. Necesitó dos meses para volver a casa y tardó varias semanas en poder ver a su familia. Cuando se reencontró con ellos pesaba 15 kilos menos y su estado continuaba siendo muy delicado.
A día de hoy continúa sin saber qué fue lo que ocurrió, qué le llevó a una situación tan grave pese a no tener, que supiera, factores de riesgo. Ni los médicos ni él mismo se lo explican todavía.
En estos momentos, después del calvario, ha recibido ya el alta del hospital y se recupera en su domicilio. Poco a poco está tratando de recuperar su vida y su actividad, aunque todavía permanece de baja laboral.