Salud mental
La cifra de menores atendidos en las consultas de salud mental se ha disparado en los últimos años. Un aumento que va unido a trastornos como la depresión o la ansiedad. El suicidio es ya la primera causa de muerte no natural entre los jóvenes entre 15 y 29 años.
Los últimos casos de suicidio de menores ponen al descubierto una realidad que preocupa a los especialistas en salud mental. De hecho, Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón, reconoce que a sus consultas llegan pacientes cada vez más jóvenes:" Estamos viendo un incremento muy importante en el número de adolescentes que acuden, sobre todo a Urgencias, con conductas autodañinas, después de haberse intentado suicidar".
Cuando hablamos de suicidio existen muchos factores de riesgo, " algunos no son previsibles, por ejemplo por causas hereditarias, pero hay otros que sí: el acoso escolar, el maltrato físico o sexual... Todo lo que sea un trauma en la infancia aumenta del riesgo de trastorno mental no solo en la adolescencia, sino a lo largo de toda la vida".
Esa tendencia va unida al incremento de trastornos mentales: "Hay un siete por ciento de adolescentes con depresión, es casi el doble que a principios de siglo", afirma Celso Arango. Además, esos problemas aparecen a edades cada vez más tempranas.
Para César Arango no solo influyen factores biológicos, sino también ambientales, "y eso tiene que ver con la presión social, con la imagen corporal, con la globalización de las redes sociales", explica.
La depresión en adolescentes es mucho más preocupante que en adultos: " Un adolescente tiene más impulsividad y eso, en ocasiones, mezclado por ejemplo con el alcohol u otra sustancia tóxica, puede ser el detonante de un intento de suicidio".
"Todo lo que sea un trauma en la infancia aumenta del riesgo de trastorno mental no solo en la adolescencia, sino a lo largo de toda la vida"
"Algunos no son previsibles por ejemplo por causas hereditarias, pero hay otros que sí: el acoso escolar, el maltrato físico o sexual... Todo lo que sea un trauma en la infancia aumenta del riesgo de trastorno mental no solo en la adolescencia, sino a lo largo de toda la vida".
La mayor parte de esos trastornos debutan en la adolescencia. "Un 10 o un 15 por ciento de los adolescentes van a tener algún tipo de trastorno mental hasta los 18 años. Los más frecuentes son los menos graves: la ansiedad, trastornos adaptativos, depresión"..., explica Celso Arango.
Los profesionales insisten en la importancia de hablar sobre salud mental e informar sobre el suicidio para que deje de ser un tabú. Y, sobre todo, piden más medios y más inversión pública para trabajar en la prevención: "Las listas de espera no pueden ser las mismas para un adulto que para un adolescente. A esas edades hay que intervenir antes", apunta Celso Arango.
"Esto no se soluciona abriendo camas de hospital. Lo que hay es que trabajar en la prevención primaria desde niños, en los colegios. Salir de nuestro estado de confort en los hospitales y empezar a trabajar en el sistema educativo", reconoce Celso Arango. Y, además, "cuanto antes diagnostiquemos y antes actuemos, mejor va a ser el pronóstico a corto, medio y largo plazo".
Hay señales de alarma que pueden ayudar a los padres a detectar el problema, por ejemplo, cambios de humor inesperados, aislamiento o bajada del rendimiento escolar.
Como medida, Celso Arango es partidario de limitar el uso del móvil o la tablet a los más pequeños: "La pantalla no puede ser lo último que haga un niño antes de dormir, no puede estar presente en un espacio como es la cena familiar", asegura.