DOCE HORAS DE QUIRÓFANO A CORAZÓN ABIERTO
Cuatro años han pasado desde que los médicos tiraran la toalla con ella. Cuatro años han pasado desde que algunos se rindieran y desde que otros no. Porque Aitana ya está en casa tras someterse a la tercera y última operación en el hospital infantil de Boston, el único en el mundo que podía salvar su vida.
Doce horas de quirófano a corazón abierto se necesitaron para terminar de construir las venas de sus pulmones. Ése fue el destino de un largo camino y de años de esfuerzo de su familia para reunir el dinero de un tratamiento muy costoso. Millones de españoles se volcaron con la causa, con donaciones y con la recogida de tapones que se destinan ahora a otros niños enfermos.
Ahora, y a pesar de que en 2009 pocas esperanzas tenía, es capaz de caminar sin ahogarse, hacer punto e incluso dibujar.