Covid
Este martes se cumplen tres años de la declaración del estado de alarma. Desde entonces, millones de enfermos han padecido diversos síntomas, algunos de los cuales se han quedado para siempre. Es el caso de los afectados por el covid persistente, una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud que ha dejado a miles de personas sin su vida normal.
Este martes se cumplen tres años de la declaración del estado de alarma. Más de 1000 días desde aquel momento en que el covid pasó a ser una pandemia. Desde entonces, millones de enfermos han padecido diversos síntomas, algunos de los cuales se han quedado para siempre. Es el caso de los afectados por el covid persistente, una enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud y por las administraciones, que ha dejado a miles de personas sin su vida normal.
"Queremos recalcar que, como enfermos, demandamos nuestro derecho a ser atendidos dignamente"
"Finalmente, queremos recalcar que, como enfermos, demandamos nuestro derecho a ser atendidos dignamente". Así comienza el párrafo final del manifiesto que lee Isabel Quitana delante del Parlamento de Galicia. La portavoz del colectivo COVID persistente en Galicia pide que "no nos dejen solos". Es como se sienten las más de 70000 personas afectadas por esta enfermedad en la comunidad gallega, de las que se tiene constancia que existen, pero podría haber muchas más.
Una de ellas es Luis, que, con casi 44 años, tiene "muchos dolores articulares, las manos se me hinchan, tengo problemas cognitivos...". Son algunos de los síntomas con los que tiene que seguir conviviendo hoy en día desde que se contagió de covid.
Hartos de vivir un infierno
María del Pilar entró en contacto con el virus en diciembre del 2020, “antes de las vacunas”. Cuando pensó que lo había superado, intentó recuperar su vida normal, “pero fue imposible”. Esta ourensana sufre multitud de secuelas: “tengo una fatiga muy grande, no puedo pelar unas patatas, la cama la tengo que hacer a plazos. Tengo problemas neuronales, me desoriento, no recuerdo la fecha de mi nacimiento…”. Mientras realiza esta enumeración siente cómo el corazón se le sale por la boca: “este es otro de los síntomas, taquicardias”. Está harta de “vivir este infierno”, por lo que también se ha unido a esta manifestación simbólica donde le piden a las administraciones mayor atención.
Son los olvidados de la pandemia, personas que siguen sufriendo covid y sus síntomas
Pablo Enríquez estuvo 72 días seguidos siendo positivo. “El negativo no llegaba”, y le parecía raro. Ahora convive con una máquina a su lado y con innumerables problemas: “daños en el pulmón, en el corazón, en el sistema neurológico… También en la vejiga, en la piel… De todo”. Él se lo tomó en serio desde el primer momento. Era un chico deportista, sano, ni bebía ni fumaba, hacía ejercicio asiduamente y trabajaba como comercial: “me quisieron dar el alta, que estaba bien para trabajar”. Tras varios desmayos y taquicardias, llegó la peor noticia: “me dijeron, es covid persistente. Antes no tomaba ni una pastilla, y ahora son 20 diarias”. Se encuentra “dentro del círculo” donde lleva dos años, por ejemplo, sin olfato ni gusto.
Algo más de tiempo lleva María Dolores sin acordarse de “cómo sabe la tortilla”. Esta mujer de Valga se contagió al principio de la pandemia, cuando atendió en una residencia a pacientes covid. Desde ese día, todavía no ha recuperado nada, sigue “con problemas respiratorios, muchos dolores de cabeza…”. No sabe cuándo terminará este suplicio. “Ojalá lo supiera, ojalá”, dice ensimismada. Ellos son los olvidados de la pandemia, personas que siguen sufriendo covid y sus síntomas y que, lo peor de todo, les ha robado sus vidas.