Sucesos
La Fiscalía y la acusación particular solicitaban penas de entre 12 y 15 años de prisión, aunque rebajaron la petición a diez años tras alcanzar un acuerdo con la defensa del acusado.
Un hombre ha aceptado 10 años de prisión por violar en dos ocasiones a su compañera de piso en Benidorm, Alicante. Según han informado medios locales, el autor reconoció los hechos y, a pesar de que la Fiscalía y la acusación particular solicitaban penas de entre 12 y 15 años de prisión por un delito continuado de agresión sexual, estas rebajaron la petición a diez años tras alcanzar un acuerdo con la defensa del acusado.
La víctima, una joven de 20 años, fue violada dos ocasiones en la noche del 2 de marzo de 2022 y por el mismo individuo. La primera vez, el hecho tuvo lugar en un descampado y, la segunda, en el domicilio donde ambos residían. El acusado se declaró culpable y según el relato de las acusaciones, el chico y la chica regresaban juntos de madrugada a casa. Cuando pasaron por un descampado fue cuando ocurrió la primera de las dos agresiones sexuales.
Al parecer, según relata el diario Información, el hombre agarró por sorpresa a la joven de 20 años y la condujo hasta un barranco, donde la forzó sexualmente pese a la negativa de ella, que se resistió y mordió al procesado en una mano con el fin de evitarlo.
Una vez en el domicilio, volvió a suceder
Los hechos se repitieron cuando ambos llegaron al apartamento de Benidorm donde compartían vivienda. La víctima cogió su teléfono móvil para pedir ayuda, pero el procesado se lo arrebató y volvió a violarla. Tras la denuncia presentada por la víctima, el acusado ha sido condenado a 10 años de cárcel.
Otros casos de violaciones
Otro caso reciente de violación ha sido el de un padre y una madre que sometían a su hija de tres años a un triple abuso moral, físico y sexual con violentas palizas, insultos y amenazas por parte de la madre y violaciones del padre en su casa de Las Palmas de Gran Canaria. Ambos han sido condenados a 16 años de cárcel.
Los hechos ocurrieron en 2016 y fueron denunciados por dos parientes de la acusada, su hermana y una sobrina, que convivían con la familia y que presenciaron varias palizas sufridas por la niña. Fue entonces cuando decidieron grabar desde el cuarto de al lado el sonido de uno de esos episodios para contar con pruebas de ello.