SU DOCTORA NO LA ALERTÓ
Una anciana de 75 años para la que la Fiscalía solicitaba un año y diez meses de cárcel por traficar con droga -tras descubrir 14 plantas de marihuana en su caserío de San Sebastián- ha sido absuelta porque las usaba para dar "friegas" a su marido, aquejado de fuertes dolores. La sentencia del caso otorga credibilidad a la versión que ofreció la mujer en el juicio, donde explicó que decidió plantar marihuana tras ver en un programa de televisión que estas plantas "aliviaban" el dolor y porque pensaba que "para uso propio se podían tener".
De esta manera, compró unas semillas en una tienda de la capital guipuzcoana, plantó la marihuana y después la "maceró" en alcohol con la misma técnica que emplea con el romero, sin pensar que estaba haciendo "nada malo", con la intención de "frotarse" con este producto tanto ella como su marido. Afirmó que tenía "botes" con el preparado "para todo el año", ya que su doctora, con la que habló para "informarse", le había dicho que "no era malo usar dichos ungüentos".
La anciana afirmó conocer que la marihuana "es una droga", si bien alegó que "pensaba que más bien era una planta medicinal, como otras que hay en el bosque", y que pensaba que podía plantarlas porque en la tienda donde las adquirió "no le dijeron que fuera ilegal". Insistió además en que "no había vendido las plantas o botes a nadie" y desveló que también confecciona "verbenas" y otros artículos con aloe vera como "remedios caseros", al igual que hacían sus padres, y gracias a los cuales tan sólo ha tenido que ir al médico ya "de mayor".
Los ertzainas que descubrieron las plantas declararon en la vista oral que acudieron a la vivienda de la mujer "no porque tuvieran sospechas de que se estuviera traficando con marihuana", sino por el "olor" que desprendía el cultivo, que fue detectado por una patrulla que circulaba por la zona, aunque los ejemplares no podían verse desde el exterior. Los agentes explicaron asimismo que la actitud del hombre que les abrió la puerta del domicilio fue "en todo momento colaboradora" y de "sorpresa" cuando vio las plantas.
El titular del juzgado explica ahora, en su sentencia absolutoria, que la Fiscalía no probó "los hechos en los que fundamentaba su pretensión de condena" ya que durante la vista no se obtuvo "ninguna prueba" ni "indicio" de que la anciana se dedicara a la venta de la droga. La resolución recuerda, en este sentido, que la Policía "no habían llevado a cabo ningún seguimiento" previo "de actividades supuestamente ilícitas realizadas en la vivienda que hiciera suponer que algo ocurría", como suele suceder con "el trasiego de compradores" de droga en otros domicilios sospechosos.
Además, aclara que "las plantas estaban al aire libre y no ocultas en habitaciones con condiciones de luz y humedad creados artificialmente para optimizar la producción" y que "no se ha hallado ningún elemento periférico corroborador de la actividad de venta, como balanzas de precisión, bolsas para la venta o cantidades de dinero en pequeños billetes para el cambio".
Finalmente, el escrito judicial constata que las "características de la acusada" hacen "verosímil su alegación respecto al uso medicinal de la marihuana". "En consecuencia -resuelve el juez- las plantas estaban destinadas para un consumo propio, distinto si se quiere en cuanto a su forma de consumir pero, en todo caso, completamente desconectado de la finalidad de tráfico, por lo que procede dictar una sentencia absolutoria".