EL GRANIZO PROVOCA DOS ACCIDENTES EN CADENA
No ha nevado, aunque el blanco invernal podía hacer pensar lo contrario si vemos el paisaje dejado por el granizo en Villafranca del Cid, en Castellón. La tormenta comenzó a las tres y media de la tarde del martes y en poco más de una hora dejó 17 litros de agua por metro cuadrado. Apenas hubo daños por el pequeño tamaño del granizo, pero su intensidad colapsó tramos de alcantarillado y el agua salía por los desagües de los pisos bajos.
De sur a norte, un frente de tormentas barrió la Comunidad Valenciana. "Nos llegaba el agua por los tobillos, era un diluvio que caía a plomo", cuenta una vecina de Valencia. Tras una mañana soleada, los vecinos de La Nucía, en Alicante, veían cómo una tormenta eléctrica dejaba una intensa granizada. Algo que se repetía también en Benidorm, a pocos kilómetros.
Y, junto al aeropuerto de Valencia, el granizo obligaba a los conductores prácticamente a detener la marcha. "Había un poco de caos porque había gente parada en los puentes y no se veía. Incluso con los limpiaparabrisas rápido, no lográbamos ver nada", explica una conductora.
En Montserrat, en el interior de la provincia, los vecinos se sorprendían ante la intensidad de la tormenta. Los nubarrones dejaban a media tarde otra granizada en Huércal-Overa, en Almería.
Pero las consecuencias más graves quedaban en la autovía A-1 a su paso por Honrubia, en Segovia. Un conductor cuenta que "en décimas de segundo pasó de llover a granizar, todo estaba blanco". En total, el temporal deja un balance de 22 heridos y 44 vehículos implicados en dos colisiones múltiples.