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Crimen de la cabeza

El abogado de la pareja del decapitado en Castro Urdiales: "Se puede cortar la cabeza y no ser asesinato"

Este lunes ha empezado el juicio contra la mujer acusada de decapitar a su pareja. Hoy ha sido el turno del abogado de la defensa.

Juicio por el 'crimen de la cabeza' de Castro Urdialesantena3noticias.com

Este lunes ha comenzado el juicio sobre el ya llamado 'caso de la cabeza'. En el banquillo de los acusados se sentará la pareja del decapitado, acusada de ser la autora del asesinato. Hoy ha sido el turno del abogado de la defensa que ha hecho su primera intervención ante el jurado para exponer los antecedentes de su caso.

En su intervención , Eduardo García Peña ha insistido en que no se conocen las causas de la muerte del hombre asesinado, presuntamente, por su defendida. "Si no se sabe causa de la muerte... -ustedes podrán decir pero si al pobre le cortaron la cabeza- porque se le puede cortar la cabeza y no ser asesinato", ha asegurado.

El abogado ha argumentado que "disparar o clavar cuchillo a alguien que está muerto ya no es asesinato" explicando que "será otra cosa, pero no un asesinato". Por otro lado, el abogado ha tratado la presencia de sustancias toxicológicas en el cráneo de la víctima.

"Se ha hablado de la ingesta de Diazepam a Jesús Mari. ¿Pero cuánto tomó? Porque eso es importante, porque si fue uno, es como no tomarse nada. Lo importante no es sólo lo que hay, si se consumió, pero también cuánto. Yo les adelanto que los informes dicen que no se sabe la cantidad de Diazepam·, ha insistido.

En este sentido, García Peña ha pedido en diversas ocasiones "precisión en la valoración de pruebas". Como ejemplos ha asegurado que unas huellas de la acusada en la bolsa de la basura "no significan nada" y ha criticado que no se hayan analizado algunas pruebas.

El 'crimen de la cabeza'

Carmen Merino es la acusada por el asesinato de Jesús María, del que era pareja. Se le acusa de un delito de asesinato con alevosía con imposibilidad de defensa y agravante mixto de parentesco y la Fiscalía pide para ella 25 años de prisión.

Tras unos meses de desaparición, una amiga de la acusada acusó a la Guardia Civil de que salía un olor muy fuerte de una caja que ella le había pedido que guardara y que, en teoría, contenía juguetes sexuales. Al abrir la caja se descubrió el cráneo de la víctima.

La acusada permanece desde su detención en prisión provisional y se ha negado a declarar ante el juez. La Fiscalía cree que lo hizo por "un interés económico" y, además de la pena de prisión, pide una indemnización de 20.000 euros por daños morales para cada uno de los cuatro familiares de la víctima.

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