Caos migratorio en Barajas
"Están en condiciones higiénicas deplorables. Les requisan el móvil y a veces nos cuesta poder comunicarnos con ellos", asegura Nessrin E. Bensaid.
Nessrin E. Bensaid es una de las abogadas que está asistiendo estos días a los migrantes que solicitan asilo en el aeropuerto de Barajas. Es experta en Migraciones y Refugio y asegura que en sus quince años de profesión no había visto nada igual: "La imagen allí dentro es caótica y conmovedora, están durmiendo en el suelo, en cartones, en condiciones higiénicas deplorables. Hombres, mujeres embarazadas, menores", asegura.
La avalancha de solicitudes del último mes, procedentes de países como Senegal, ha superado todas las previsiones. Las salas habilitadas para ellos se han colapsado. Según el relato de esta letrada la situación es caótica: "Cuando entras allí y cruzas la puerta, tengo que buscar, gritando, el nombre de la persona y la nacionalidad".
Asegura que en ocasiones no se están cumpliendo los plazos legales establecidos para solicitar protección internacional: "En teoría tendría que ser en 72 horas, pero estamos teniendo casos que están esperando entre diez y hasta veinte días ahí esperando a que se haga la primera entrevista". Tras la retirada de los equipos de Cruz Roja, que abandonaron las instalaciones de forma temporal por las condiciones de precariedad, la situación ha empeorado. Eso también está afectando al trabajo de los abogados, porque la comunicación con sus clientes se ha complicado: "Es difícil comunicarse con ellos -dice Nessrin- porque al llegar les requisan los teléfonos móviles y las líneas habilitadas para hablar con ellos a veces se colapsan y es casi imposible".
Denuncia que tampoco tienen acceso a sus maletas y a sus pertenencias de primera necesidad más básicas: "Eso supone que en muchas ocasiones durante todos los días que están ahí retenidos no pueden ni cambiarse de ropa", y en algunas salas carecen de duchas y de agua caliente.
Muchos de los solicitantes son asistidos por letrados de CEAR, pero el Colegio de Abogados de Madrid también ha tenido que reforzar el número de abogados de oficio para tratar de agilizar los trámites. Han pasado de uno a diez letrados por turno. Para Nessrin "se están vulnerando los derechos humanos elementales" y pide que se habilite una situación alternativa: "Sacar a esa gente que ya ha manifestado que quiere tener protección internacional, llevarla a un centro habilitado con las necesidades cubiertas, y desde ahí hacer las entrevistas".