EL REFUGIO DE LA FAMILIA
La desigualdad de género sigue siendo una realidad pese a que las mujeres han ido conquistando poco a poco avances en el ámbito social y en el laboral.
Es el caso de tres mujeres de la misma familia que comparten empresa y que cada una ha tenido que enfrentarse a las dificultades propias de su tiempo.
La primera de ellas es Consuelo, de 85 años. Hace ya más de seis décadas que fundó su empresa y aunque ahora está jubilada, su lugar lo ocupa su hija Chelo, que lleva 30 años en la gestoría a la que hace muy poco se ha incorporado Paula: la tercera generación de la familia que trabaja en la empresa.
Las tres han tenido que luchar para abrirse hueco en un mundo dominado por hombres y pese a las dificultades, siempre han salido airosas.
Consuelo cuenta que quería ser profesora pero que no pudo cumplir su sueño porque su padre se "impuso", lo que la llevó a trabajar junto a su marido: "Cuando me casé y tuve niños era muy difícil", lamenta.
Pero lo que no imaginó entonces Consuelo es que su propia hija tendría que pasar por una situación similar: "A lo mejor no me animé a tener más hijos porque era difícil compaginar trabajo y casa", explica Chelo.
De hecho, cuando nació Paula tuvo que incorporarse antes de lo debido a su puesto de trabajo: "Yo prácticamente estuve de baja el tiempo que no me podía mover de la cama", explica.
Ahora Paula se ha incorporado a la empresa familiar y aunque en un primer momento quería evitarlo, explica que decidió escoger esta opción después de tener malas experiencias en entrevistas de trabajo. "Me han preguntado si pensaba tener familia o no", explica la joven.
Más de medio siglo separan a abuela y nieta, pero 50 años después, todavía quedan muchos obstáculos por superar.