Santa Cruz de Tenerife
La mujer estaba en el exterior de un colegio en el que se vacunaba contra el coronavirus sacando fotos del coche de la doctora y había llamado asesina a la docente.
La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a seis meses de prisión y una multa de 200 euros a una mujer por morder a un agente de la policía fuera de un colegio en el que estaban vacunando contra el COVID-19. Esta mujer también tendrá que pagar otros 162 euros al agente debido a las heridas que le causó. El agente tan solo le había pedido que se identificara.
Al parecer, una profesora y una sanitaria la habían denunciado, ya que estaba haciendo fotos al coche de la doctora y había llamado asesina a la docente, motivo por el que la policía se presentó en el lugar. Intentaron que la mujer se identificara hasta en tres ocasiones, pero obtuvieron una negativa, todo ello a pesar de que fue advertida acerca de que estaba cometiendo un delito de desobediencia.
Después de solicitar que le acompañara a dependencias policiales, la mujer trató de huir, de manera que fue retenida. Ahí es cuando mordió la muñeca derecha de uno de los agentes que intentaban inmovilizarla. Le provocó una herida con sangre. El agente presentó una reclamación.
La procesada alegó en la Audiencia que no había constancia de que se hubieran producido los hechos, ni de que hubiera presentado resistencia a la autoridad de manera grave, por lo que pedía su absolución. A pesar de ello, el fallo inicial quedó ratificado basándose en el relato que hizo el policía agredido y los partes médicos. Estas son unas pruebas que el juez descarta que sean "arbitrarias, ilógicas o absurdas" y que, por el contrario, encajan en el relato de los hechos.
Lo que la mujer reconoció en la vista oral es que aquel día había tenido un incidente con un agente, e incluso que lo había mordido, pero alegó que fue una reacción defensiva ante la actuación "injustificada y desmesurada" de los agentes. Según contó, se habrían abalanzado sobre ella y la tiraron al suelo.
Los agentes negaron esta última versión, por lo que no tuvo respaldo probatorio. De hecho, en el parte médico que se hizo aquel día no hay constancia de que sufriera alguna lesión, a pesar de asegurar que "fue víctima una fuerza desmedida y violenta".
Entre tanto, la mujer también negó haber insultado a la docente y haber sacado fotos del coche de la doctora mientras vacunaban a los niños. Dijo que se encontraba en el lugar informando a los padres de que se necesitaba un consentimiento firmado antes de que sus hijos se vacunaran. Los agentes sí reconocieron que ante la resistencia que oponía la mujer y su negativa a ser identificada la tiraron al suelo y mordió a uno de ellos cuando le estaban poniendo las esposas.
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