EN LA PARROQUIA PONTEVEDRESA DE SABUCEDO

Hasta 300 caballos desafían su naturaleza salvaje en una nueva celebración de 'A Rapa das Bestas'

El objetivo de este tradicional evento es cortar el pelo de las crines y la cola de los animales para ofrecérselo, en una suerte de ritual religioso, al patrón de la localidad, San Lorenzo. Además, se aprovecha para proceder también a extraerles parásitos y vacunarlos, con ánimo de mejorar su calidad de vida en libertad y elaborar un control del número y tamaño de las poblaciones.

'A Rapa das Bestas', el festejo que anualmente acoge a cientos de caballos y miles de curiosos la parroquia de Sabucedo, en el municipio pontevedrés de A Estrada, enfrenta en medio del polvo a los equinos con luchadores que tratan de desafiar su naturaleza salvaje.

El objetivo de este tradicional evento es cortar el pelo de las crines y la cola de los animales para ofrecérselo, en una suerte de ritual religioso, al patrón de la localidad, San Lorenzo, honrando una antigua costumbre del siglo XVI en la que se ofrecían caballos a este santo para proteger a la población de las enfermedades.

Sin embargo, no este el único fin de la celebración, ya que se aprovecha el corte de pelo de los caballos para proceder también a extraerles parásitos y vacunarlos, con ánimo de mejorar su calidad de vida en libertad y elaborar un control del número y tamaño de las poblaciones.

Con estos objetivos, los "aloitadores", hombres y mujeres que se encargan de la doma y trata de los animales, se lanzan a un recinto arenoso conocido como curro, donde se lanzan a por las bestias. Dos personas agarran la cabeza del equino, una por cada lado, mientras que otra, más veterana, se encarga de sujetar su rabo para desequilibrarlo, a la vez que otras aloitadores se encargan de mantener un cordón de seguridad con la manada.

Un vecino es derribado por los caballos | EFE

En el curro, con capacidad para 1.500 espectadores, se congrega a cientos de caballos, hasta trescientos en esta edición de 'A Rapa das Bestas', agrupados en los montes de los alrededores.

En la mañana del sábado, los caballos son conducidos por la población de Sabucedo hasta un lugar próximo al recinto, donde entran por primera vez al atardecer. Durante el fin de semana hay hasta tres curros -uno el sábado por la tarde, y otros dos en el mediodía de domingo y lunes- para lidiar con todos los animales participantes en la edición.

Mención especial merece el rito de iniciación que atraviesan los niños de Sabucedo, encargados de, tras llenarse el curro de equinos, retirar a los potros ayudados por los aloitadores mayores, en una suerte de aprendizaje para garantizar el futuro de la tradición.

De entre todos los animales participantes, aquellos que más atención atraen son los conocidos como garañones, machos salvajes que se resisten a ser domados con más fiereza que las yeguas, y que los locales incluso conocen con apodos.

Entre ellos, es famoso aquel que llaman Makelele, un corcel que se resiste a participar en la rapa y que, en esta edición, ni siquiera fue visto por aquellos que participaron en el agrupamiento de los caballos en los montes.

'A Rapa das Bestas' recibió en 2007 el galardón de fiesta de interés turístico internacional y capta, año tras año, la atención de medios de comunicación de numerosos países, así como la de los miles de visitantes que se desplazan a esta pequeña localidad de la Galicia más rural.

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