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Día del Abrazo 2021

La psicóloga Milagros Armas, sobre la falta de abrazos: "Preocupan las secuelas que esto nos pueda dejar"

La pandemia deja cifras de fallecidos, secuelas médicas, cuadros de ansiedad en numerosos sectores profesionales y terribles números de crisis económica. Además, hay una consecuencia que nos afecta a todos en general, la falta de contacto físico. La psicóloga Milagros Armas nos explica este Día de los Abrazos 2021, las repercusiones de la falta de abrazos.

El 21 de enero se celebra el Día internacional de los Abrazos pero en 2021 falta lo principal. La pandemia del coronavirus deja cifras de fallecidos, secuelas médicas, cuadros de ansiedad en numerosos sectores profesionales y terribles números de crisis económica. Además, hay una consecuencia que nos afecta a todos en general, la falta de contacto físico.

Si en un principio pensábamos que las medidas de distancia social no irían más allá de unos meses, lo cierto es que se siguen prolongando en el tiempo sin visos de devolvernos en breve los abrazos o los besos con nuestros seres queridos.

¿Por qué se celebra el Día de los Abrazos?

Curiosamente hoy, 21 de enero, se celebra mundialmente el Día del Abrazo. Como casi todas estas llamativas celebraciones, su origen tiene lugar en Estados Unidos. En 1986, Kevi Zaborney, un estadounidense preocupado por la falta de afectividad entre los suyos, ideó esta festividad como excusa para que todos se abrazaran y enseguida se popularizó en su país.

Lamentablemente este año no podemos celebrar el Día del Abrazo, dada la situación sanitaria que vivimos.

La opinión de los psicólogos

¿Qué implica esta carencia? Hablamos con Milagros Armas, Psicóloga Clínica, Doctora en Psicología y Doctora en Educación del Colegio Oficial de Psicología de Santa Cruz de Tenerife, que nos explica que "los seres humanos somos seres sociales y afectivos, emocionales, por lo que necesitamos el contacto físico para sentirnos queridos, para sentir que somos importantes para los demás y que se nos aprecia". Y no sólo eso, "el abrazo tiene un efecto terapéutico, porque tranquiliza, relaja, transmite la emoción del otro".

Pero no todo está perdido, porque ante la falta del abrazo real nos queda el virtual, "podemos buscar alternativas para abrazar con la mirada, con las palabras, podemos decir a los que nos importan las cosas positivas que vemos en ellos, valorarlas para que se sientan queridos". En momentos como los que vivimos, enfatiza la Doctora Armas, "necesitamos expresar las emociones verbales y también echar mano de los objetos, porque ni siquiera con la sonrisa podemos hacer llegar nuestras emociones".

Milagros Armas apunta al problema que está suponiendo no poder transmitir con toda la cara nuestras emociones, sobre todo en pacientes con trastornos del desarrollo como el autismo o Asperger, "personas a las que ya de por sí les cuesta expresar e interpretar las emociones. Si participamos de la vida de alguna de estas personas hay que intentar que el mensaje verbal sea lo más simple posible, sin ironías ni complejidades".

Tampoco nos podemos olvidar de la importancia que tienen los abrazos y el contacto para las personas con discapacidad, "para las personas sordas es vital ver la expresión en nuestra cara, para las personas con discapacidad visual lo es el tacto, por lo que debemos trabajar mucho nuestra expresividad con la mirada y en el caso de las personas ciegas, buscar el contacto con un hombro o en un brazo, así como la expresividad de nuestro tono de voz".

Casi un año ya con una normalidad tan diferente a la que teníamos antes, preocupan las secuelas que esto nos pueda dejar, sobre todo entre los más pequeños. "Los adultos al fin y al cabo hemos vivido esas experiencias y evidentemente las echamos en falta, pero los menores que no han experimentado esas emociones y ese contacto se pueden hacer más fríos en el futuro, no cuentan con esa cercanía y ese contacto directo anterior a esta situación".

Los mayores, según la doctora, se pueden sentir más carentes, pero pueden recordar lo vivido, pero esto en los niños no se da. "Afortunadamente confío en la naturaleza humana", sonríe Armas, "en cuanto empiecen a entrenarse en ese contacto directo se va a borrar lo anterior y lo van a adquirir rápidamente".

No sabemos si el próximo Día Mundial del Abrazo podremos celebrarlo como se merece, pero mientras, nos queda la posibilidad de practicar el abrazo de la mirada y de las palabras, mimarnos todo lo posible, para no dejar de sentirnos queridos.

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