Migración
Los 120 chicos de Mali, de entre 18 y 30 años, llegaron en dos tandas el 29 y el 30 de agosto. A su vez, otro pueblo lucense, Becerreá, alberga a 69 migrantes.
Son muchas las rutas migratorias de los refugiados de Mali, las que tienen por parada la península y, en concreto, la comunidad autónoma gallega. Mondariz, Sanxenxo o Becerreá son algunos de los destinos escogidos por el gobierno central para que las ONG les den refugio. Otro municipio gallego que ha acogido parte de estos refugiados es Monterroso, en el interior de Lugo. En concreto a este ayuntamiento han llegado en dos tandas 120 migrantes, de entre 18 y 30 años, el 29 y el 30 de agosto.
Cada uno de ellos cuenta con una historia personal. De hecho, muchos han dejado en su país de origen una familia y su objetivo es ayudarlos desde aquí, una vez encuentren trabajo. Algunos han estudiado mecánica y, de hecho, muchos vecinos del pueblo están ilusionados al saberlo: "Pues menos mal que han venido, ya que aquí hace falta mano de obra en talleres mecánicos", cuenta un taxista en el centro de la villa. Otros tienen diversos tipos de estudios, pero todos los chicos coinciden en que les sirve cualquier trabajo.
Los primeros días de su estancia en el pueblo, los chicos no salían mucho de su zona de confort, los alrededores del Hotel Río Ulla, pero ahora ya salen por el centro. "Dan mucha vida al pueblo, ojalá viniesen más", cuenta otro vecino. De hecho, otro viandante cuenta que los jóvenes tienen ganas de conocer gente y que "intentan siempre mantener conversaciones con los vecinos". Cerca del hotel se les suele ver descansando y siempre portando su mini diccionario de español, para poder, en esos ratos libres, aprender a dominar el idioma. Y es que muchos quieren quedarse indefinidamente en España una vez consigan trabajo, aunque otros muchos desean continuar su ruta migratoria hasta Francia, donde cuentan con redes familiares y amistades.
La mayoría de los chicos ya empezaron a buscar algún equipo de fútbol cercano cuando llegaron. Balbino Martínez, el presidente de la Sociedad Deportiva Monterroso, cuenta que han empezado una iniciativa de recolecta de ropa deportiva, para ofrecérsela a los jóvenes. "Les vamos a dar pases gratis para que vengan a ver los partidos de la temporada", cuenta el presidente, quien tiene la idea de crear un equipo con ellos.
Tatiana de Acevedo es la presidenta de la Asociación Cultural Falcatrueiros, la asociación encargada de brindarles una calurosa bienvenida oficial este pasado jueves con una foliada tradicional. De este modo, los refugiados conocieron más gente e incluso la música popular gallega, que sirvió como unión a pesar de la barrera idiomática. "Los chicos se integraron genial y hasta se animaron a bailar", explica Tatiana.
Mientras que Monterroso da residencia a 120 refugiados, otro pueblo lucense, Becerreá, alberga a 69 migrantes.
En la provincia de Pontevedra, por su parte, son Sanxenxo y Mondariz-Balneario los elegidos para los jóvenes: en el primero de ellos viven 70 y en el segundo, 100. La capital gallega, Santiago de Compostela, acoge a 120 de distintas nacionalidades a parte de Mali, como son Mauritania o Senegal.
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