ATIENDEN A MÁS PACIENTES QUE UNA FARMACIA DE BARRIO
Cada día llegan al hospital grandes lotes de medicamentos, unas 2.000 referencias diferentes, y se organizan mediante un sistema de carrusel, totalmente informatizado. Hay que dispensar medicación a más de 3.000 pacientes externos y 600 ingresados.
El médico prescribe y la orden llega a la farmacia. "La máquina nos va diciendo qué medicamentos tenemos que poner en cada cajetín. Cada uno de los cajetines corresponde a un paciente. Además, utilizamos un código de colores para cada planta de enfermería", asegura una trabajadora.
Todo se valida y revisa dos veces al día. En el área de fórmulas magistrales se individualizan las dosis de acuerdo a las necesidades de cada paciente. Se preparan jarabes, pomadas y también se encapsula.
Cada unidosis debe llevar el nombre del enfermo, el lote y la caducidad. Aquí también se prepara la alimentación que irá por vena. En las cabinas de seguridad biológica se disponen los tratamientos de quimioterapia. Y cuando está todo listo, los carros empiezan a rodar camino de las plantas del Hospital.