Viruela del mono
Los casos de viruela del mono, también conocida mpox, se están viendo incrementados por una nueva variante mucho más contagiosa. La OMS ha decretado la emergencia sanitaria internacional, mientras Europa y España estudian la situación para tomar medidas.
La última vez que la Organización Mundial de la Salud decretó la emergencia sanitaria internacional fue en 2020, cuando el covid llegó a nuestras vidas. Paralizándolas durante 3 meses. Ahora, la emergencia ha vuelto a activarse, esta vez por la viruela del mono.
Tras la decisión de la OMS, Bruselas estudia su catalogación y en España el Ministerio de Sanidad reúne a su equipo técnico. Ya han muerto más de 500 personas en lo que va de año, un 160% más de infecciones que en el mismo periodo del año pasado, según las informaciones ofrecidas por el director general del organismo de Naciones Unidas.
José Antonio López Guerrero, catedrático de Microbiología en la Universidad Autónoma de Madrid y virólogo, explica que el virus mpox, también conocido como viruela del mono "es un virus que ya está circulando desde hace mucho tiempo, por lo que no es un virus nuevo emergente, como sí lo fue el SARS-CoV-2, el virus de la covid-19".
España ha sido uno de los países que más casos tuvo de este virus hace un par de años, continúa comentando, donde se tuvo cerca de 9.000 infectados con la variante Clado II, mientras que "a día de hoy, no se ha dado ningún caso todavía en nuestro territorio con el nuevo subtipo, el IB". Este último es el que se estaría expandiendo en la zona subsahariana y la que sería "una de las causas por lo que la OMS ha decretado la emergencia internacional". Un toque de atención que esta organización ha querido dar tanto a los centros de vigilancia epidemiológicos como a los centros de control de enfermedades, para que tomen soluciones coordinadas.
López Guerrero aclara que esta infección "es un virus ADN", por lo que "es un virus que muta menos que los virus de ARN". En este sentido, las vacunas son efectivas, añade, pero por el momento ni Europa ni la OMS ha decidido llevar a cabo "una vacunación poblacional global". Aunque sí que se recomienda que aquellos grupos de riesgo expuestos al virus soliciten la vacunación.
"El virus es de transmisión estrecha, no de transmisión sexual", aclara, añadiendo que "la vía sexual es una de ellas, pero no es la única". El virólogo afirma que aquellas personas que realizan "prácticas sexuales, quizás de riesgo, en este sentido epidemiológico" sí deberían vacunarse.
Por otro lado, los "sanitarios que atiendan directamente a personal susceptible de estar infectados. Incluso lo extendería quizás a otros grupos también de posibles contactos con personas susceptibles, como puede ser en control de fronteras" también aconseja que sean incluidos en esas listas de posibles vacunados. Es decir, a toda persona que "realmente tiene, por su labor diaria, un contacto directo con personas susceptibles de poder estar infectadas".
El virólogo López Guerrero ha querido mandar un mensaje de tranquilidad ante el incremento de casos de la viruela del mono. "No estamos a día de hoy, con los datos científicos que tenemos, en una situación alarmante poblacionalmente", cuenta.
Como nos ha explicado el experto, la viruela del mono es un virus ADN, no ARN. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Los virus ADN tienen una tasa de mutación mucho más baja por su habilidad de corrección de las ADN polimerasas de la célula huésped.
Sin embargo, la tasa de mutación de los virus ARN son muy altas. Esto se debe a la carencia de ADN polimerasas, quienes detectan y corrigen los errores.
Actualmente están circulando dos tipos de variantes. La antigua, conocida como Clado II y la menos grave, y la nueva, Clado I. Esta última es la que ha decretado la emergencia sanitaria debido a los aumentos de casos. Su transmisión es mayor, la gravedad también e incluso su nivel de mortalidad.
En 2022, la viruela del mono —Clado I— tenía una tasa de mortalidad del 1%. Ahora, con la nueva variante —Clado II— la tasa ha aumentado hasta el 10%.
La viruela del mono se trata de una enfermedad poco frecuente causada por un virus con el mismo nombre. La mayoría de las personas contagiadas logra recuperarse en unas semanas, según indican desde el Ministerio de Sanidad. El periodo de incubación puede oscilar entre los 5 y 21 días, aunque el promedio es de 7 y 10 días.
Algunos de los síntomas que esta infección presenta son:
Asimismo, la sintomatología se puede prolongar entre 2 y 4 semanas. Los casos más graves suelen darse en los grupos de población, tradicionalmente, más vulnerable como son los niños, embarazadas, adultos jóvenes y personas inmunodeprimidas.
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