Las vacunas
La vacuna contra el coronavirus, en la que trabaja el equipo del investigador del CIB-CSIC Vicente Larraga, estará probándose en personas en enero de 2022 y posiblemente facilita la administración de las dosis porque no tendría que ser inyectada. Se podría aplicar de forma intradérmina a través de un parche cutáneo.
El investigador del CSIC, Vicente Larraga y su equipo apuestan por una vacuna de ADN sintético contra el coronavirus, que "es una molécula que hemos sintetizado, circular, en la que hemos puesto todas las señales, del modo que cuando nosotros introducimos el gen de la proteína del coronavirus, es capaz de ir al núcleo de las células y la maquinaria del núcleo pueden sintetizar estas proteínas del virus SARS-Cov-2.
Por tanto, según nos ha explicado en el último foro sobre 'La vacuna española' promovido por la Fundación Alternativas, enseguida el sistema inmune de la persona las reconoce como foráneas y se puede lanzar la respuesta inmunoprotectora, que es lo que todos queremos.
"Nosotros venimos del conocimiento básico y si no hubiésemos sido capaces de desarrollar una vacuna contra la Leishmaniasis canina, no podríamos habernos puesto a trabajar en esta vacuna con esta urgencia", explica. Su equipo empezó con la investigación a principios del mes de abril.
¿Qué aportará la vacuna de Larraga?
Cuando ya hay vacunas en el mercado "lo que hay que perseguir es algo más eficaz, la misma protección, pero menos efectos secundarios o puede tener alguna condición adicional que la hace competitiva", explica Larraga sobre lo que puede aportar su avance.
"Nosotros lo que utilizamos es una molécula muy resistente y tendríamos una facilidad de distribución mayor y no haría falta la refrigeración", afirma. En su investigación están probando varias posibilidades, probando la vía intramuscular, que es la más clásica, también la aérea y también la intradérmica.
"Tenemos ya un candidato a vacuna que protege y queremos mejorar la formulación, la absorción y, por tanto, la respuesta"
Si funcionara bien por vía intradérmica "podríamos facilitar una administración por un parche y necesitaría para la administración un personal menos cualificado; aparte de evitar así miedos a lo que no desean ser inyectados", comenta como aportaciones positivas de su vacuna.
Larraga tiene ya un candidato a vacuna que protege "y queremos mejorar la formulación, la absorción y, por tanto, la respuesta". ,
En su opinión, el coronavirus lo estamos venciendo como pandemia, como epidemia; pero ha venido para quedarse y unos años, al menos, va a seguir aquí. "Por eso tenemos que mejorar la vacuna, su eficacia, su distribución y su administración", insiste.
En cuanto a su investigación, afirma que cree que están ya "terminando la fase pre clínica este verano y pediríamos el permiso a la Agencia del Medicamento para empezar la fase clínica. Con mucha suerte a finales de año o principios del 2022 estaríamos ya entrando en la fase clínica y tenemos muy avanzado el procedimiento industrial porque ya lo teníamos armado con la fabricación de la otra vacuna contra la Leishmaniasis canina", concluye.