SEGÚN UN ESTUDIO
El uso de tampones o de copas menstruales pueden ser responsables de casos raros del síndrome del shock tóxico (SST) menstrual en mujeres, concretamente por 'Staphylococcus aureus' del grupo fago 1 que producen la toxina TSS-1 (TSST-1) o exotoxinas relacionadas, ya que la menstruación pueden servir como medio de crecimiento para 'S. aureus', según un estudio realizado por investigadores de la Universidad Claude Bernard, Lyon, Francia.
La investigación, que está publicada en 'Applied and Environmental Microbiology', una revista de la American Society for Microbiology, "no respaldan la hipótesis que sugiere que los tampones compuestos exclusivamente de algodón orgánico podrían ser intrínsecamente más seguros que los hechos de algodón mixto y rayón, viscosa o tampones compuestos enteramente de viscosa", explica el doctor Gerard Lina, quien ha dirigido el estudio.
Para llegar a esta conclusión, examinaron en 15 almohadillas menstruales intravaginales comercializadas actualmente y copas menstruales, cómo durante la menstruación crece la 'S. aureus' y se originaba la producción de TSST-1, en un laboratorio diseñado para reproducirse las condiciones dentro de la vagina durante el uso de tampones y las de las copas menstruales.
Las diferencias en el soporte del crecimiento de 'S. aureus' entre las diferentes marcas de tampones no se explicaron por contaminantes o moléculas aditivas. Tales diferencias pueden ser el resultado de la naturaleza de la fibra, la estructura de las fibras y posiblemente la densidad de la fibra.
"Mediante microscopía confocal, observamos que el espacio entre las fibras que contribuye a la entrada de aire en la vagina también representa el sitio principal del crecimiento de S. aureus y la producción de TSST-1", ha señalado Lina, quien aconseja que los tampones se cambien con frecuencia para protegerse contra 'S. aureus'.
Respecto a las copas menstruales, la investigación ha observado que se vio favorecido un mayor crecimiento de 'S. aureus 'y una mayor producción de toxina que provoca el shock tóxico, en comparación con los tampones. Así, se observó que la forma y el volumen de la copa dieron como resultado una mayor aireación, estimulando ese crecimiento, y que 'S. aureus' forma una biopelícula en la copa, por lo que es difícil de esterilizar. Para evitar que esto ocurra, el investigador recomienda hervir la copa menstrual entre usos para esterilizarla.
Por tanto, el uso de tampones sigue estando asociado con el síndrome de choque tóxico menstrual, y ya se ha descrito un caso de SST menstrual asociado a una copa menstrual. La incidencia promedio anual del síndrome de shock tóxico es de aproximadamente 0,7 por millón, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
En la actualidad, el SST se define como una enfermedad aguda y grave, aunque no es muy común. Los síntomas son similares a los de un resfriado, con fiebre alta, confusión, convulsiones, vómitos, diarrea, mareo, tensión arterial baja y fallo hepático y renal, entre otros.