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¿La tinta de los tatuajes aumenta el riesgo de linfoma? Una científica lo explica

Cada vez más gente decide hacerse un tatuaje, pero son muchos los riesgos a los que se enfrentan y que todavía pasan desapercibidos. La inmunóloga Narcisa Martínez los comenta en la Newsletter de Antena 3 Noticias.

Tatuarse es una tendencia cada vez más común entre los españoles. Lo corroboraba ya un informe de Lutronic PBS publicado en 2023 que aseguraba que el 42% de los españoles llevan al menos un tatuaje en su cuerpo. Pero un estudio reciente de eClinicalMedicine acaba de arrojar datos preocupantes sobre las consecuencias que tiene para el sistema inmunitario y la salud en general un simple tatuaje. Y muchas personas, como afirma una investigadora con la que ha contactado Antena 3 Noticias, desconocen esos riesgos reales.

En concreto, el estudio que ha elaborado un grupo de científicos de la universidad sueca de Lund afirma que existe una relación entre los tatuajes y la aparición de linfomas, un tipo de cáncer que afecta al sistema linfático, el cual protege nuestro organismo de infecciones y enfermedades. En la investigación participaron 11.905 personas, incluyendo 2938 pacientes con distintos linfomas. De los diagnosticados con linfomas, el 21% tenía algún tatuaje frente al 18% del grupo de control. Narcisa Martínez Quiles, catedrática de Inmunología en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), afirma: "Yo creo que el 90% de las personas que se hacen un tatuaje no conocen realmente los riesgos de hacérselos y piensan que son riesgos menores, un poco de irritación en la zona y dolor inicial", comenta.

¿Por qué un tatuaje aumenta el riesgo de padecer un linfoma?

Cuenta que como "ciudadana" sintió la necesidad un día de informar sobre los efectos de los tatuajes para la salud. Estaba observando en una piscina la cantidad de personas que estaban tatuados y pensó que algún riesgo se escondía detrás de la tendencia. Tenía razón porque efectivamente no solo el estudio mencionado habla de una relación entre los tatuajes y los linfomas. La Organización de Consumidores y Usuarios alertó en 2018 de la posibilidad de contraer enfermedades como la hepatitis o un mayor riesgo de sufrir cicatrices hipertróficas.

Llegó a la misma conclusión que ahora también exponen los científicos suecos. "Las personas pueden tener algún gen con algún pequeño cambio en su secuencia nucleotídica -de ADN- que hace que su sistema inmunitario no reaccione adecuadamente frente al tatuaje y que aparezca el riesgo a más largo plazo", explica la especialista.

Las causas por las que existe un mayor riesgo de padecer este cáncer en personas con tatuajes son muy diversas. Por un lado, Narcisa Martínez señala que la tinta contiene compuestos químicos que pueden resultar "tóxicos" y el sistema inmunitario trata de eliminarlos, originándose inflamación. Ella confía que en los centros donde se hacen tatuajes se cumplen con unas medidas de higiene pero igualmente el riesgo de infecciones está presente, tal y como evidencia también la OCU en su informe.

"El tatuaje no deja de ser una herida abierta, se puede infectar", explica Martínez. Se introducen una serie de pigmentos, como el cromo, que "son muy alérgicos" y que nuestro sistema inmunitario reconoce al instante. La tinta de los tatuajes está compuesta de aminas aromáticas primarias, hidrocarburos aromáticos policlínicos y metales. "Son compuestos muy reactivos", afirma la inmunóloga.

Tales sustancias pueden crear por dentro una especie de proteína que "te puede convertir en lo que se llama un nuevo antígeno". Lo que sucede es que nuestro sistema inmunológico lo ve extraño e intenta eliminarlos.

A los 11 años de hacer un tatuaje puede permanecer todavía el riesgo de linfoma

Así, la investigadora asegura que el riesgo no está en el proceso, "sino en la tinta que se queda en la dermis". También asegura que en este nuevo estudio realizado por científicos suecos se detectó a través de un ensayo con ratones que había "restos de tinta en el hígado" y "compuestos químicos perjudiciales".

Hay más novedades con respecto a las investigaciones anteriores sobre la relación entre los riesgos de padecer una enfermedad como un linfoma y los tatuajes. Narcisa Martínez destaca que "lo acota en el tiempo", es decir, el riesgo aumenta al momento en el que la persona se ha tatuado y disminuye después de dos años aproximadamente. Sin embargo, a los 11 años puede volver a aparecer el peligro de contraer un cáncer en el sistema linfático. Esto se debe, tal y como explica la científica de la UCM, a que el sistema inmunitario se ha ido debilitando y es "menos eficiente".

La inmunóloga lo compara con el riesgo de padecer un cáncer de pulmón entre los fumadores. "No quiere decir que si me hago un tatuaje tendré cáncer, pero aumenta el riesgo", concluye.

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