Alimentación
La nutricionista Sara González Benito alerta de que estos alimentos no son tan saludables como parecen por su composición nutricional hecha a base de edulcorantes y otros aditivos.
Actualmente, en el supermercado podemos encontrarnos con una gran variedad de productos light, en cuyos etiquetados aparece que son bajo en grasas o en azúcares. Por eso hay quienes prefieren comerse una bolsa de patatas fritas en esta versión, ya que parece que son mucho más sanas que las originales y así no aumentaremos nuestro peso. Pero hay un riesgo oculto: la existencia de unos aditivos que sustituyen esos ingredientes.
Incluso, tal y como explica la nutricionista Sara González Benito, puede ser origen de una "obsesión" que acabe desembocando en un trastorno alimentario. "El hecho de empezar una dieta muy restrictiva puede ser una factor que dé lugar a un trastorno alimentario, si nos obsesionamos solo con productos light", señala.
Para poner en contexto es necesario saber qué se entiende por un alimento light. Se trata de un producto que ha sido "modificado" con el objetivo de que se reduzcan las grasas, calorías y azúcares que sí posee en su versión original. Si nos fijamos en su composición nutricional, podemos ver que tiene "menos carga calórica" por ese motivo.
Ahora bien, no es un alimento al que solamente le quitan esos componentes, pues necesita de otros para logar la untuosidad del original. Por ejemplo, a un refresco en versión light le quitan un 30% de azúcar -está obligado por ley a la reducción- pero en cambio se le añaden otros ingredientes que tienen "una nomenclatura diferente al azúcar", aunque el efecto en el organismo es el mismo.
Para responder a esta cuestión, Sara González Benito explica que de base siempre es recomendable seguir una dieta sana y en la que se incluya una gran variedad de alimentos. Sin embargo, asegura que hay casos en los que sí puede ser saludable porque "reemplazamos productos por su versión light y así reducimos la ingesta calórica diaria". "Aunque esto hay que cogerlo con pinzas", aclara.
La Organización de Consumidores y Usuarios ya expuso en 2021 un informe en el que alertaba de que los productos en versión light no son la solución para adelgazar. Si consumimos una mayor cantidad de alimentos ligeros, podríamos incluso consumir más calorías que si elegimos hacerlo por la versión original.
"Nos aportan una mayor saciedad y puede ser que tengamos más hambre a lo largo del día", explica la nutricionista.
El producto traslada una mayor cantidad de dopamina al cerebro, al contrarrestar la pérdida de grasas o azúcares añadiendo más edulcorantes. "Aunque los edulcorantes sean seguros y estén aprobados por las autoridades sanitarias, nos puede afectar en la regulación de la microbiota intestinal y en la regulación del azúcar en la sangre", manifiesta.
González asegura que este tipo de productos abusa de los "edulcorantes artificiales", y no tiene en cuenta "las deficiencias nutricionales que pueden generar", como por ejemplo de las grasas. La experta asegura que las grasas son necesarias para el buen funcionamiento del organismo, siempre y cuando se consuman en su justa medida. "Existen vitaminas liposolubles que solo se absorben en presencia de la grasa, entonces al disminuirla tendemos una menor cantidad de vitaminas", expone la nutricionista.
En casos donde la persona necesita una rápida digestión sí puede ser una buena elección, siempre y cuando no se abuse del producto. Y los alimentos ligeros más sanos pueden ser los lácteos, las bebidas sin azúcares y algunos snacks, según González.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y no te pierdas la última hora y toda la actualidad de antena3noticias.com