Salud
Un reciente estudio revela cómo esta actividad cotidiana puede disminuir considerablemente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Los accidentes cerebrovasculares, también conocidos como ictus, representan una de las principales causas de discapacidad y mortalidad a nivel mundial. Existen dos tipos principales: el ictus isquémico, causado por la obstrucción o reducción del flujo sanguíneo al cerebro, y el ictus hemorrágico, que ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe, provocando un sangrado que daña las neuronas cerebrales.
Ambos tipos pueden tener consecuencias devastadoras para la salud, lo que subraya la importancia de encontrar formas efectivas de prevenirlos. En este contexto, un estudio reciente publicado en la revista 'Nutrition, Metabolism and Cardiovascular Diseases' ha puesto el foco en un hábito tan simple como cotidiano que podría ser clave en la prevención del ictus.
La investigación, llevada a cabo por expertos de la Universidad Médica de Tianjin (China), analizó los datos de casi medio millón de británicos sin antecedentes de enfermedades cardíacas, quienes participaron en el proyecto UK Biobank. Durante un seguimiento de 12 años, los investigadores buscaron identificar factores de estilo de vida que influyeran en la aparición de accidentes cerebrovasculares y otras afecciones relacionadas con la salud cardiovascular.
Los resultados del estudio destacan la importancia de incorporar pequeñas actividades físicas en la rutina diaria, sugiriendo que esta sencilla práctica podría desempeñar un papel significativo en la reducción de riesgos para la salud.
Los hallazgos del estudio, que han sido publicados en la mencionada revista, indica que subir al menos 110 escalones diarios puede reducir significativamente el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
Según los investigadores, esta cantidad, equivalente a subir una escalera doméstica unas siete veces al día, disminuye en un 31% las probabilidades de desarrollar esta enfermedad, destacando la importancia de pequeños hábitos cotidianos para mejorar la salud cardiovascular.
Aunque los hallazgos aún deben ser evaluados en profundidad, la investigación abre una nueva ventana a estrategias preventivas accesibles para la población general.
El ejercicio físico regular es una de las estrategias más efectivas para reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares. Actividades como caminar, correr, nadar o incluso tareas cotidianas como subir escaleras ayudan a mantener el sistema cardiovascular en buen estado, reduciendo factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol elevado y el sobrepeso, que son grandes desencadenantes de los ictus.
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