Cáncer de pulmón
Ponemos el foco en este dato: el cáncer de pulmón es el que provoca más muertes en España, un 20% del total, y su incidencia se ha incrementado un 5,4% en mujeres. Preocupa a los investigadores, que señalan al tabaco como principal causa, pero el análisis va más allá. Hoy queremos saber cuál es el impacto que el gas radón puede tener sobre nuestra salud.
El radón es un gas radiactivo que se libera de forma natural desde el subsuelo, especialmente en áreas donde predominan rocas graníticas. Aunque su presencia es invisible e inodora, sus efectos sobre la salud pueden ser devastadores. Este gas, que emana del suelo y se filtra en el aire que respiramos, se ha convertido en un factor de riesgo significativo para la salud pública debido a su relación directa con el cáncer de pulmón.
El riesgo de desarrollar cáncer de pulmón se dispara si una persona, además de estar expuesta al radón, es fumadora. Según los expertos, la inhalación de partículas radiactivas del radón, junto con las sustancias tóxicas presentes en el humo del tabaco, genera un efecto sinérgico que multiplica las probabilidades de daño pulmonar. "Si una persona fuma, la combinación nos hace mucho más vulnerables", asegura el oncólogo Luís León, responsable de la sección de Investigación e Innovación del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela.
Los estudios indican que un fumador expuesto al radón tiene entre 10 y 20 veces más posibilidades de padecer cáncer de pulmón en comparación con un no fumador que esté en el mismo ambiente.
El radón se acumula fácilmente en espacios cerrados como viviendas, oficinas o escuelas, y, sobre todo, en sótanos o plantas bajas, donde tiende a concentrarse con mayor facilidad. Al inhalarlo, este gas radiactivo ingresa a los pulmones, y con el paso del tiempo puede dañar las células de las vías respiratorias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que el radón es la segunda causa principal del cáncer de pulmón, solo superada por el tabaquismo. Su peligrosidad aumenta exponencialmente cuando se combina con el consumo de tabaco.
Desde algunos organismos, como el Consejo de Seguridad Nuclear se ha realizado un mapa de las concentraciones de radón en España. Y han determinado que las zonas con una elevada exposición al radón son Galicia – con las provincias de Ourense y Pontevedra a la cabeza – el norte de la Comunidad de Madrid – con niveles mayores en Villalba, Torrelodones y la Sierra de Guadarrama – y el norte de Extremadura.
El gas afecta más a los bajos y pisos inferiores de los edificios. "La mejor arma para reducir la exposición al gas es optimizar el revestimiento y la ventilación de nuestra vivienda", nos explica el Dr. Luís León.
Lo ideal es medir cual es la exposición al gas con un detector de radón, un pequeño aparato que se mantiene durante varias semanas o meses en la casa a estudio. A continuación, el detector se envía a un laboratorio especializado en interpretar los resultados, que emite un informe sobre los niveles detectados.
Los expertos nos recuerdan la importancia de instalar uno de estos detectores en nuestra vivienda para tener toda la información sobre lo que respiramos y actuar en consecuencia. La prevención, una vez más, juega a nuestro favor.
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