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El riesgo de comprar fruta cortada: precauciones y recomendaciones

Comprar fruta cortada puede ser un riesgo siempre y cuando no se mantenga bien conservada, tal y como indica un informe de AESAN.

Imagen de una fruta, un melón cortado por la mitad y en rodajasPixabay

Cada vez es más común ver frutas cortadas, expuestas y envueltas en plástico en los supermercados para ofrecer una mayor comodidad a los clientes a la hora de consumirlas, sobre todo si se va con prisa. Sin embargo, puede provocar un problema de salud.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha emitido un informe en el que analiza y da respuesta al problema sobre la fruta cortada. Para aquellas frutas que más agua tienen, como la sandía, el melón, la pera, piña o naranja el riesgo es mayor.

Cada alimento necesita unas condiciones de temperatura concretas para mantenerlo en buen estado. En el informe se indica que este tipo de frutas necesitan un mayor cuidado a la hora de su conservación. Al cortarlas, son más propensas al crecimiento de patógenos que pueden provocar enfermedades como salmonella o listeria.

La piel de la fruta actúa como una capa protectora que es lo que ayuda a que se conserven de manera correcta. Cuando se corta, es más fácil que las bacterias accedan a ellas.

Recomendaciones a la hora de comprar la fruta

La AESAN indica que su venta es legal y saludable, pero siempre que se cumplan con las medidas correspondientes. Los establecimientos deben cumplir con las condiciones de temperatura, ventilación y almacenamiento para que se conserven de manera óptima.

Estos establecimientos, como supermercados o fruterías, deben cumplir con la conservación. Para ello, hay que mantener la fruta a temperaturas inferiores a 25 grados, siempre que sea menos de 3 horas y en un lugar ventilado y preservado de luz solar. También hay que mantenerla en un "almacenamiento continuo en refrigeración a temperaturas inferiores a 5ºC", indican en el informe.

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