Llevar siempre autoinyector de adrenalina
El riesgo de una reacción anafiláctica en niños por picaduras de avispas o abejas se incrementa en los meses de verano, de ahí que los alergólogos y pediatras adviertan a los padres de que los niños que hayan sufrido ya alguna reacción de este tipo deben llevar consigo siempre el autoinyector de adrenalina.
Los médicos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) llaman la atención sobre las picaduras de himenópteros, un grupo de insectos artrópodos entre los que se encuentran las abejas y las avispas, que son las que ocasionan la mayoría de reacciones alérgicas en nuestro medio.
Y lo hacen porque, aunque los mosquitos son los insectos que más pican a la población infantil, las picaduras de himenópteros son más graves ya que pueden derivar en reacciones alérgicas sistémicas.
Es más, las picaduras de himenópteros suponen la segunda causa de anafilaxia en niños, según el Registro Europeo de Anafilaxia. Por eso, ante el riesgo incrementado en verano, la Seicap recomienda extremar la precaución al aire libre y ofrece una serie de consejos.
En el caso de picaduras de abejas y avispas, según la pediatra alergóloga Cristina Ortega Casanueva, "es imprescindible actuar a tiempo si hay reacción anafiláctica grave y utilizar adrenalina de forma rápida para poder reducir los síntomas".
Sin embargo, según un estudio publicado en Pediatric Emergency Care, solo la mitad de los pacientes acude a urgencias dentro de la hora siguiente de haberse producido la picadura.
Cuando estos insectos pican puede aparecer un síntoma muy localizado con enrojecimiento o hinchazón en la zona de la picadura, o síntomas generalizados, que es lo que se conoce por anafilaxia.
Según la experta, cuando las reacciones son locales, no hay peligro para la vida, pero "si la reacción se produce a distancia de donde se ha producido la picadura, que es cuando por ejemplo se inflaman los ojos o aparece urticaria, hablamos de reacciones sistémicas que pueden ser muy graves e incluso mortales". Estas últimas reacciones suelen producirse tras un corto periodo de tiempo desde el mordisco, como unos veinte o treinta minutos después.
La severidad de la reacción determinará el tratamiento a seguir, pero lo primero que habrá que hacer, según la doctora, será aplicar hielo o una compresa fría en la zona para reducir la inflamación y el dolor, además de lavarla con agua y jabón, sin frotar, para evitar que se infecte. Se puede aplicar un corticoide tópico o un antihistamínico oral, siempre que sea bajo prescripción médica, para aliviar el picor, pero también puede ayudar el amoníaco, que además contribuye a neutralizar el veneno.
Si la reacción es sistémica en fase aguda habrá que administrar adrenalina, y en caso de ser de abeja, deberá extraerse el aguijón sin exprimirlo. El siguiente paso pasará por acudir a la consulta del pediatra alergólogo para que determine las pruebas a realizar y confirme la presencia de alergia al veneno de los himenópteros. El especialista determinará la conveniencia de iniciar el tratamiento con inmunoterapia, es decir, con vacunas que incluyen el veneno de estos insectos, para conseguir curar la alergia.
La inmunoterapia específica con veneno de avispa o abeja, indicada a partir de los cinco años, es eficaz en el 98% de los casos.