Resistencia antibióticos
La resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública. En España provoca casi 4.000 muertes al año.
La resistencia antimicrobiana es uno de los principales problemas de salud pública. Así lo han denunciado este martes desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (INFURG-SEMES) en la presentación del libro 'Microbioogía para no microbiólogos', donde también han colaborado la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). Los especialistas han explicado que las bacterias multiterrestres causan ya 700.000 muertes al año en el mundo. De ellas, 4.000 se producen en España y el gasto sanitario adicional supera los 1.500 millones de euros en el continente europeo.
Según advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un informe emitido a finales del mes de septiembre, una de cada cinco infecciones bacterianas resiste al tratamiento con antibióticos en los países de la UE. ¿Dónde está el problema?
Los antimicrobianos, que engloban los antibióticos, los antiparasitarios y los antivíricos, son medicamentos que se emplean para tratar infecciones en los seres humanos, animales y plantas. Así, la resistencia a los antimicrobianos aparece cuando las bacterias, los virus, los parásitos y los hongos sufren modificaciones a lo largo del tiempo y dejan de responder a los medicamentos. Resulta por lo tanto más complicado el tratamiento de las infecciones e incluso incrementa el riesgo de la propagación de enfermedades. "El uso inadecuado y excesivo de los antibióticos es la principal raíz del problema que tenemos con la resistencia a los antimicrobianos", explica el doctor Juan González del Castillo, coordinador de INFURG-SEMES.
Este médico asegura que la tasa de preinscripciones inadecuadas es "muy alta". Los científicos se enfrentan así a un "enfoque totalmente multidisciplinar", intentando esclarecer los conceptos de microbiología porque la resistencia de los pacientes es cambiante.
El reto está en controlar esa resistencia que produce millones de muertos en Europa y la prescripción de antibióticos. "Seleccionar el antimicrobiano con el espectro más estrecho para la etiología probable del paciente en función del modelo de infección y aquel con menor efecto sobre su microbiología y con menos efectos adversos es el objetivo de cualquier médico cuando se enfrenta a la decisión de prescribir un antibiótico", comenta Juan González del Castillo.
Los científicos luchan contra este problema de salud global en base a dos estrategias.
La primera se fundamenta en la "no utilización de antibiótico en pacientes que no están infectados por cuadros no bacterianos", mientras que la segunda se basa en el empleo de antimicrobianos de un espectro "lo más estrecho posible utilizando aquél antibiótico que va a asegurar que el paciente esté de forma adecuada".
La Sociedad Venezolana de Microbiología advierte en un estudio que el método más eficaz para evitar la resistencia a los antimicrobianos incluye "vacunas, interrupción de la transmisión horizontal de los microorganismos mediante medidas higiénicas y sanitarias y, en el hospital, la aplicación de las normas de control de las infecciones nosocomiales".
El objetivo del SEMES es transmitir de una manera simple a los profesionales sanitarios de Urgencias y Atención Primaria, tanto extra- como intrahospitalarias, algunos conceptos microbiológicos clave que ayuden a utilizar mejor los antimicrobianos.
Sin embargo, la lucha contra la resistencia antimicrobiana se enfrenta a una población "cada vez más compleja". El aumento de supervivencia en pacientes oncológicos, algo muy positivo para la ciencia actual, tiene también graves consecuencias porque "implica el uso de terapias inmunopresoras que ponen en riesgo a los pacientes de sufrir infecciones por estos microorganismos multirresistentes".