Día Internacional del Sarcoma
El Día Internacional del Sarcoma se celebra cada 13 de julio para concienciar a la población de este tipo de cáncer.
El sarcoma es un tipo de cáncer que presenta más de 150 tipos de variedades, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, y es el responsable del 2% de la mortalidad por cáncer. Por este motivo, la sociedad debe conocer la existencia de este problema de salud y concienciarse de su gravedad, objetivos que tiene la celebración del Día del Sarcoma, cada 13 de julio.
El sarcoma es un tipo de cáncer que se localiza en los huesos y los tejidos blandos del organismo, es más frecuente en la niñez, pero también existen diagnósticos en la edad adulta. Esta enfermedad se forma por cambios o mutaciones en el ADN de las células.
Para que se haga un correcto diagnóstico de este tipo de cáncer, se debe detectar a tiempo la enfermedad y esto no siempre es posible. Algunos pacientes son diagnosticados cuando el sarcoma ya está desarrollado y algunos otros reciben tratamientos erróneos. Las revisiones periódicas y el diagnóstico precoz es muy importante en este tipo de situaciones.
Dentro del diagnóstico se pueden detectar dos tipos de sarcoma: el sarcoma de partes blandas y el sarcoma óseo o del esqueleto. El sarcoma de partes blandas es el que hace referencia y afecta a los tejidos blandos del cuerpo como músculos o tendones y el sarcoma óseo es el que se desarrolla en los huesos. Además, se podría diferenciar un tercer tipo de sarcoma que es el del aparato gastrointestinal porque, aunque se incluye dentro del sarcoma de partes blandas, tiene un diagnóstico y un tratamiento diferentes.
Los síntomas del sarcoma más comunes suelen ser pérdida de peso sin motivo aparente, hinchazón y dolor localizado en huesos, protuberancias que aumentan de tamaño, vómitos, dolor abdominal o heces de color oscuro.
Algunos factores que pueden favorecer a la aparición de un sarcoma son antecedentes familiares, exposición a tratamientos de radioterapia, inflamación por acumulación de líquido linfático, virus como el herpesvirus humano 8 o exposición a algunos productos químicos industriales y herbicidas.
La mayoría de sarcomas se detectan mediante pruebas médicas como la resonancia magnética, ecografías, radiografías o biopsias. Una vez obtenidos los resultados de estas pruebas, el siguiente paso es el tratamiento del sarcoma.
Los tratamientos que existen para evitar que un sarcoma siga evolucionando son la inmunoterapia, la radioterapia y quimioterapia, un tratamiento mediante fármacos o una intervención quirúrgica con la que se permita extraer las células cancerosas del tejido óseo o blando.
Para que se sigan salvando vidas y haciendo diagnósticos precoces, es necesario que se siga investigando en el tratamiento y detección de los sarcomas, uno de los cánceres más complicados de abordar.