Coronavirus
Es evidente que el coronavirus es una enfermedad que afecta sobre todo a las vías respiratorias, causando una infección en los pulmones al tiempo que el patógeno daña todo a su paso: gargante, bronquios, alveolos... Con el paso del tiempo la situación empeora y la COVID-19 puede provocar una fuerte neumonía que impida el paso del aire.
Todo este proceso puede llegar a desembocar en una respuesta que afecta incluso a otros órganos del cuerpo, sobre todo en pacientes críticos más propensos a esta "disfunción multiorgánica". Al parecer, riñones y corazón son algunos de los órganos que también se pueden ver afectados de rebote por el coronavirus, si bien en la mayoría de casos estos pacientes presentan afectaciones leves.
La doctora María Ángeles Ballesteros, coordinadora de los grupos de trabajo de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), explica al portal Infosalus cómo el coronavirus puede llegar a afectar "a multitud de órganos", si bien "el riñón puede ser uno de los principales órganos diana de afectación".
Ello se debería, según la experta, a varias razones. El riñón presentaría un marcador, la renina angiotensina -un sistema de regulación de la tensión arterial-, que se vería afectado por el virus. Asimismo, al ser la COVID-19 una enfermedad sistémica que afecta a todo el cuerpo, si el corazón empieza a fallar el resto de órganos, incluido por supuesto el riñón, no reciben la sangre que deberían y se ven perjudicados.
Finalmente, otro factor que hace del riñón uno de los principales afectados es que se utilizan muchos fármacos para combatir el coronavirus que pueden acabar teniendo un efecto tóxico sobre este órgano. Según el organismo SEMICYUC, la incidencia de lesión renal aguda (LRA) en pacientes ingresados con coronavirus "aún no está bien establecida", pero oscilaría "del 0,1% al 29%".