Hipertensión
Los expertos alertan de que la hipertensión no avisa y no muestra síntomas por lo que puede subir mucho sin que seamos conscientes.
La hipertensión es sigilosa y precisamente el silencio con el que actúa es lo que la hace ser tan peligrosa ya que es un factor de riesgo para otras patologías cardiovasculares. El profesor de Medina de la Universidad Jaume I Castellón advierte de que "es aquí donde donde está el gran problema porque si algo no nos condiciona en el día a día le hacemos poco o nulo caso, cuando sus consecuencias pueden ser muy importantes".
Probablemente mucha gente se sorprenda al conocer que tener la tensión alta representa "la primera causa por la que la población mundial enferma o muere, muy por delante del tabaco o de la obesidad, por ejemplo".
El doctor Vicente Pallarés, médico de Familia y coordinador del Grupo de trabajo de Hipertensión Arterial y Enfermedad Cardiovascular de SEMERGEN asegura que el 90% de los casos en los que las personas tienen una subida de tensión no lo notan porque no presentan síntomas . "En algunas ocasiones esto se manifestará como una cefalea, con un dolor de cabeza que no es el habitual, y normalmente localizado en la zona de la nuca, y que también nos puede poner en alerta" dice.
La gravedad de que nos suba la tensión radica en que nuestro cuerpo no sea capaz de soportarlo y llegue a provocar una hemorragia en cualquier territorio vascular u otros problemas asociados a las muchas patologías con las que se relaciona la presión arterial, como el ictus, la hemorragia cerebral, la hemorragia de retina o la conjuntival, entre otras.
¿Qué provoca la subida de tensión?
Un problema crónico en el trabajo, o por ejemplo problemas familiares que hiperactivan el sistema nervioso, el tabaquismo, el consumo abusivo de estupefacientes, de sal en las comidas, el uso o abuso de alcohol, la obesidad, así como el sedentarismo son algunos de los factores que elevan la presión arterial.
También hay medicamentos o productos de herboristerías como la regaliz o el abuso de antiinflamatorios también pueden dar lugar a que suba la tensión.
Cómo controlarla
Para mantener a raya la tensión los consejos pasan por perder peso, regular la ingesta de sal y cuidar nuestro estilo de vida: no fumar, ejercicio habitual, llevar una alimentación lo más saludable posible, evitando el exceso de calorías vacías, o de alimentos con grasas saturadas, tener un peso equilibrado. Si en los próximos 6 meses a cumplir todas estas recomendaciones la tensión no se regula habría que ir al médico para valorar si es necesario ayuda farmacológica.