Día Internacional del Implante Coclear
Un 25 de febrero de 1957 se realizó el primer implante coclear, un hito que permitió que una persona totalmente sorda pudiera oír. Por ello, hoy se celebra el Día Internacional del Implante Coclear.
El Día Internacional del Implante Coclear se celebra desde el año 2009, cuando instituciones y asociaciones decidieron hacerse eco de esta técnica que supuso un gran avance médico y social. Más de 60 países conmemoran, cada 25 de febrero, esta fecha con talleres y charlas en las que se da voz a personas con implante coclear y en las que se detallan las curiosidades de esta técnica.
El primer implante coclear se realizó un 25 de febrero de 1957 a una persona con sordera total. Los médicos encargados fueron André Djourno y Charles Eyriès, siendo la operación todo un éxito.
Este hecho supuso un antes y un después para todos los sordos: existía una posibilidad de poder oír, bien por primera vez o bien otra vez. Las operaciones de implante coclear se extendieron y cada vez son más las personas con sordera profunda que pueden distinguir sonidos.
En España, más de 19.000 personas llevan un implante coclear y, de ellas, más de 2.000 tendrían un implante bilateral, es decir, en ambos oídos. No todo el mundo puede acceder a esta técnica ya que hay que tener unas características determinadas como: padecer hipoacusia moderada o profunda o no poder utilizar audífonos.
En la población infantil, el implante coclear se podría realizar a partir de los seis meses en aquellos niños que padezcan hipoacusia neurosensorial bilateral severa y en aquellos que no funcionen los audífonos. En la población adulta se seguirán los mismos criterios y se sopesarán también cómo repercutirá esta operación en su día a día y en la relación con entorno y situación laboral.
En todo el territorio español, el implante coclear está cubierto por la Seguridad Social, tanto la intervención, el implante y el procesador.
Un implante coclear es una técnica con la que se consigue que una persona que padece sordera profunda pueda oír a través de estimulaciones eléctricas de las células acústicas dentro del oído interno, en el hueso del oído.
El implante consta de varias partes. La parte externa es la encargada de recoger los sonidos y la parte interna es la que convierte esos sonidos en señales eléctricas que envían al nervio auditivo y al cerebro para que este último las interprete.
La audición se recupera poco a poco, a medida que el paciente se rehabilita de la operación. Generalmente, se tardan varios meses en poder oír con normalidad, una vez que finaliza el proceso. El implante está diseñado para que dure toda la vida.