Cáncer de tiroides
La tiroides es una glándula ubicada en la base de la garganta, cerca de la tráquea.
La glándula tiroides, situada en la parte frontal del cuello, justo debajo del cartílago tiroideo; tiene forma de mariposa y desempeña un papel crucial en el metabolismo y la regulación de varias funciones del cuerpo. Entre ellas, produce hormonas importantes, como la hormona tiroidea triyodotironina y tiroxina, que son las responsables de regular el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo de las personas. Cuando la tiroides no funciona correctamente, pueden ocurrir diferentes problemas, entre ellos el hipotiroidismo y el cáncer de tiroides.
El funcionamiento adecuado de la tiroides es esencial para el bienestar general y la salud. Por ello, si se experimentan síntomas como nódulos, dolor al tragar o ronquera habitual es conveniente acudir al médico para que pueda realizar un diagnóstico preciso y descartar cáncer de tiroides.
El cáncer de tiroides es un tipo de tumor maligno que se origina en la glándula tiroides, la responsable de producir hormonas que regulan el metabolismo del cuerpo, la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la temperatura corporal.
Aunque no es tan común como otros tipos de cáncer, puede afectar a personas de cualquier edad, pero es más frecuente en mujeres y en personas mayores de 30 años. La detección temprana del cáncer de tiroides y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar las posibilidades de curación.
Las causas exactas del cáncer de tiroides aún no se conocen al 100%, pero se han identificado algunos factores de riesgo, como por ejemplo la exposición a altos niveles de radiación (debido a tratamientos médicos previos o a accidentes nucleares), tener antecedentes familiares con cáncer de tiroides, ciertos trastornos genéticos hereditarios o la presencia de nódulos tiroideos benignos.
Es posible que el cáncer de tiroides no cause síntomas al principio, por este motivo la mayoría de las veces se localiza durante un examen físico rutinario. No obstante, es posible que se tenga síntomas a medida que el cáncer crece. Entre ellos, se encuentran:
Sin embargo, estos síntomas no son exclusivos del cáncer de tiroides y pueden ser causados por otras afecciones, por lo que es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico preciso. Para saber si se tiene cáncer de tiroides, los médicos suelen emplear un examen físico, pruebas de tiroides, otras pruebas de sangre o de imágenes y una biopsia.
Por último, el tratamiento del cáncer de tiroides depende del tipo y del estadio de la enfermedad, así como de la edad y la salud general del paciente. Los tratamientos comunes incluyen la cirugía, la radioterapia y la terapia con yodo radioactivo.
La cirugía es el tratamiento principal y consiste en extirpar total o parcialmente la glándula tiroides y los ganglios linfáticos cercanos afectados. Más tarde, algunos pacientes pueden requerir terapia con yodo radioactivo para destruir cualquier tejido tiroideo residual y células cancerosas. En el caso de la radioterapia, esta se emplea en casos más avanzados o cuando el cáncer se ha extendido a otras áreas del cuerpo.
Después del tratamiento, los pacientes suelen requerir un seguimiento frecuente para monitorear la función tiroidea y detectar cualquier desarrollo de nuevos nódulos.