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Los nuevos y revolucionarios tratamientos para curar el cáncer de sangre no llegan a España

Las neoplasias linfoides serán las más comunes entre los cánceres sanguíneos en España, con más de 25.000 casos estimados para 2025.

Análisis de sangre que permite diagnosticar cáncerefe

El cáncer se ha convertido en la principal causa de muerte en España, superando a las enfermedades cardiovasculares y convirtiéndose en la patología más temida entre la población. El cáncer de sangre se ha convertido en el quinto tumor más común en España, tan solo por detrás de los de mama, pulmón, próstata y colon.

Según el informe 'Las cifras del cáncer sanguíneo en España', presentado por la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), para 2025 se espera que el cáncer de sangre represente el 10% de los nuevos diagnósticos de cáncer en 2025. Se estima que se diagnosticarán 25.770 nuevos casos de tumores hematológicos en España, una cifra significativa en el total de nuevas neoplasias. De este total, 14.258 casos se darán en hombres y 11.397 en mujeres.

Dentro de los tumores hematológicos, las neoplasias linfoides serán las más comunes, representando el 71% de estos diagnósticos. De los 18.357 nuevos casos de neoplasias linfoides previstos, las neoplasias de células B maduras representarán el 78% del total. Entre los subtipos de neoplasias linfoides se encuentran el linfoma difuso de células B grandes (27%), el mieloma múltiple (22%), el linfoma folicular (18%) y la leucemia linfocítica crónica (14%).

Por su parte, las neoplasias mieloides representarán el 28% de los cánceres hematológicos en 2025, con una estimación de 7.148 nuevos casos. Las neoplasias mieloproliferativas, como la trombocitemia esencial, la policitemia vera y la mielofibrosis primaria, serán las más frecuentes en este grupo, representando el 39% de los casos. Les seguirán la leucemia mieloide aguda (27%) y los síndromes mielodisplásicos (24%).

Supervivencia en los tratamientos de cáncer sanguíneo

El informe también ofrece una visión optimista en cuanto a la supervivencia de los cánceres hematológicos. Durante el periodo analizado (2009-2018), la tasa de supervivencia global fue del 62,1%. Las neoplasias linfoides mostraron mejores resultados, con una supervivencia del 67,9% a los cinco años del diagnóstico, en comparación con el 49,5% de las neoplasias mieloides.

Las mujeres presentaron tasas de supervivencia más altas, con un 66,1% frente al 59,0% registrado en los hombres. Sin embargo, el estudio señala que existen grandes diferencias en las tasas de supervivencia entre los distintos subtipos de cáncer sanguíneo. Por ejemplo, el linfoma folicular tiene una tasa de supervivencia del 86,8%, mientras que el linfoma de Hodgkin presenta un 83,9% y la leucemia linfocítica crónica, un 80,3%.

En contraste, los subtipos de neoplasias mieloides muestran una menor supervivencia. La trombocitemia esencial, con un 90,3%, y la policitemia vera, con un 89,5%, son las excepciones. En cambio, la leucemia mieloide aguda presenta una tasa de supervivencia del 25,6%, destacando la gravedad de este tipo de cáncer.

Población infantil

El informe también incluye datos sobre la población infantil, un grupo en el que se esperan 445 nuevos casos de cáncer sanguíneo en 2025. De estos, el 64% corresponderá a leucemias, con 287 nuevos diagnósticos, y el 36% a linfomas, con 158 casos.

Sin embargo, a pesar de la alta incidencia, las cifras de supervivencia a los cinco años del diagnóstico son positivas, alcanzando el 84,5% de media, sin grandes diferencias entre niños y niñas. Las mayores tasas de supervivencia se registran en los linfomas, con un 93,3%, mientras que las leucemias presentan una supervivencia del 82,1%.

Avances en los tratamientos

El avance en el tratamiento de los tumores hematológicos ofrece razones para el optimismo. La investigación y el desarrollo de nuevos enfoques terapéuticos han mejorado notablemente la supervivencia en muchos subtipos de cáncer sanguíneo. Según los expertos, la inmunoterapia, las terapias moleculares dirigidas y la terapia celular (como la CAR-T) han demostrado ser altamente efectivas en el tratamiento de linfomas y otros cánceres hematológicos.

Raúl Córdoba, coordinador de la Unidad de Linfomas del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, destaca que el futuro de los tratamientos se aleja de la quimioterapia tradicional hacia enfoques más personalizados y menos invasivos. "Estamos viviendo una revolución en los tratamientos, lo que permite no solo mejorar la supervivencia, sino también la calidad de vida de los pacientes", destaca Córdoba.

Sin embargo, estos nuevos tratamientos innovadores tienen un difícil acceso: "La realidad es que esos fármacos revolucionarios solo llegan a los pacientes a través de ensayos clínicos y esa no es la solución". En otros países de Europa ya se salvan vidas gracias a esa innovación y en España no es posible porque no se incorporan a la cartera de servicios. Hay mucha inequidad", señala Córdoba.

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