Trasplante capilar
Esta "innovadora" técnica no solo ofrece una "importante ventaja" al no necesitar rasurar el pelo del paciente, sino que también sirve para "tratar heridas y úlceras cutáneas".
Los trasplantes de pelo están aumentando su popularidad debido a la mejora en las técnicas quirúrgicas, los precios más asequibles y la gran variedad de opciones a disposición del usuario en el mercado. Estos avances permiten que muchas personas, principalmente hombres, puedan recuperar su cabello.
Uno de los inconvenientes persistentes de estas técnicas es la necesidad de rasurar la zona donante del paciente para extraer los folículos que posteriormente se injertarán en el lugar deseado. Esto ocasiona que, después de la operación, el sujeto quede con la cabeza rapada y con los folículos notablemente visibles debido al enrojecimiento, lo que evidencia que la persona ha pasado por una intervención para tratar la alopecia.
Esta circunstancia, aunque temporal, provoca cierta disconformidad y es un factor que gran cantidad de usuarios tienen en cuenta a la hora de llevar a cabo el tratamiento. Muchos pacientes desearían poder evitar este proceso de crecimiento y poder salir de la cirugía luciendo nueva melena. Al parecer, este deseo ya no parece tan inalcanzable.
El doctor Francisco Javier Jiménez Acosta, especialista en Dermatología y jefe de la Unidad de Trasplante Capilar de la Clínica Dermatológica Internacional (CNI) y jefe del Hospital Ruber Internacional, ha destacado una nueva técnica de trasplante capilar conocida como FUE (extracción de unidades foliculares). Esta metodología permite que el paciente entre al quirófano con alopecia y salga "con el cabello largo".
"Con la FUE de pelo largo, no solo evitamos una etapa incómoda para el paciente, sino que también logramos resultados de alta calidad que pueden observarse casi al instante", comenta el doctor Jiménez Acosta. Al no necesitar rasurar el pelo, esta "innovadora" técnica ofrece una "importante ventaja" respecto a otras técnicas, y es que el paciente puede obtener una visión "inmediata y realista" del resultado final, tal y como explica un comunicado del Ruber Internacional.
Además de para el tratamiento enfocado en la estética, Jiménez Acosta ha recalcado la importancia de el uso de esta técnica en aplicaciones clínicas novedosas, como el uso de los folículos pilosos para tratar úlceras cutáneas crónicas o heridas de difícil cicatrización. "El folículo piloso no es solo un elemento estético; desempeña un papel clave en la regeneración de la piel", señala el doctor. Gracias a este descubrimiento, los trasplantes de folículos se están utilizando como un tratamiento efectivo para estimular la curación en heridas crónicas", recalca.
Sin embargo, no todo son ventajas con esta nueva técnica. "Lleva el doble de tiempo que una cirugía convencional. Cuando extraemos los folículos con el cabello rapado, el campo es más limpio y el proceso es rápido. Pero al extraerlos con el pelo largo, debemos de separarlos uno por uno, lo que requiere más tiempo y precisión" afirma Jiménez Acosta.
Mientras que una cirugía convencional dura en torno a las cinco o seis horas, con esta nueva técnica el procedimiento puede extenderse entre ocho y diez horas, encareciendo el procedimiento y, además, aún son pocos los profesionales que dominan este método.
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