SE PODRÍAN TRATAR OTRAS DOLENCIAS
Una nueva técnica no invasiva, basada en ultrasonidos que permite remitir los temblores esenciales o los vinculados al párkinson, abre nuevas perspectivas para abordar otras dolencias neurológicas como el alzhéimer, la epilepsia o el dolor neuropático.
Así lo ha asegurado en Valencia uno de los 'padres' del denominado sistema HIFU (Hig Intenisty Focused), Andrés Lozano, catedrático en Neurocirugía de la Universidad de Toronto, quien desde hace seis años aplica esta revolucionaria técnica en temblores esenciales y desde hace apenas tres en pacientes con párkinson.
Lozano presentará esta tarde a neurólogos y pacientes, en un encuentro organizado en Valencia por la Fundación Quaes, esta técnica que no utiliza cirugía, sino un ultrasonido focal en la zona dañada del tálamo y permite al paciente volver a su vida normal en solo 24 horas.
Mediante una resonancia magnética de 3T se localiza la zona afectada que va a ser tratada con el ultrasonido a modo de diana y, sobre ella, en pocos milímetros y centrada en el núcleo intermedio ventral del tálamo, se genera una hipertermia localizada en este punto (aumento de la temperatura) y se comprueba la remisión de los síntomas. El proceso dura unas tres horas.
El experto ha destacado el "efecto inmediato e irreversible" del uso de esta técnica en el caso del temblor esencial, un trastorno del movimiento altamente incapacitante que impide al afectado escribir o beber, ya que una vez se le ha aplicado los temblores desaparecen para siempre.
Lozano ha explicado que esta técnica es útil en pacientes en los que los fármacos no son eficaces y aunque existen otras alternativas quirúrgicas como abrir el cráneo e introducir electrodos para quemar las células o poner un marcapasos, en el caso del HIFU "no se usa el bisturí ni hay sangre". "El paciente se pone en la cabeza un casco con más de mil ondas de ultrasonido que queman las células que causan los problemas y cuando están destruidas inmediatamente desaparece el temblor, el efecto es inmediato", ha explicado.
La técnica ya está aprobada en Norteamérica y en Europa, aunque de momento hay pocos centros donde se oferta este sistema, que tiene un coste de unos tres millones de euros, uno de ellos implantados por Eresa en España. Además del temblor esencial y el del párkinson, la nueva técnica puede "disparar" a cualquier lugar del cerebro y otra de sus aplicaciones futuras son la epilepsia, las malformaciones cerebrales o dolores neuropáticos como la neuralgia del trigémino.