Coronavirus
El mundo se enfrenta al envite de la segunda ola de coronavirus. Según algunos expertos, los gobiernos europeos y americanos no han aprendido la lección después de la primera embestida de la pandemia.
Una muy sencilla que proponen para mostrar cómo debe ser la batalla es ya conocida en la ciencia, pero adaptada. Nos invitan a pensar en un queso, un queso suizo, con agujeros, y en sus lonchas, como capas de protección.
La primera barrera serían los cierres de fronteras y las cuarentenas a los viajeros, y la segunda capa de protección sería la distancia social y los confinamientos.
A eso deberían sumarse las protecciones individuales, como mascarillas, lavado de manos, ventilación y, también, el rastreo, los test y el aislamiento de positivos.
Todas estas capas tienen agujeros, fallan en algún punto y ninguna protege por sí sola, pero la suma de todas ellas permitiría frenar la mayor parte de los contagios.
Los expertos apoyan esta metáfora
Es la idea que nos explica esta tarde el ingeniero que avanzó el impacto de la primera ola, Tomás Pueyo, quien indica que China y el resto de Asia combinaron bien estas lonchas de queso para frenar la curva.
Además, hace otra advertencia: "España no lo está haciendo todo lo bien que lo debiera hacer". "La consecuencia de eso va a ser que todos los casos que ahora van a bajar con los confinamientos, pero la gente va a seguir infectada, y dentro de unas semanas van a volver a subir, van a llegar navidades y va haber una explosión de casos porque la gente se reúne con la familia y con los amigos en lugares cerrados sin abrir las ventanas", pronostica.