La dura vuelta al trabajo y a la rutina
"Vuelvo con muy pocas ganas de empezar de nuevo", dice uno. "Cada año es mucho peor", apunta otro. Tristeza, apatía, insomnio, dolores musculares, palpitaciones o estrés son algunos de los síntomas del síndrome postvacacional.
Se trata de un trastorno adaptativo que es habitual en países con muchos días de vacaciones. "Es verdad que nuestros periodos vacacionales son un poco más largos que la media en otros países, o sea que nos cuesta un poco más la vuelta", dice Margarita Álvarez, directora de marketing y comunicación de Adecco.
Afecta más a las mujeres que a los hombres y a personas que no están motivadas. La mejor forma de combatirlo es con deporte, dormir ocho horas, fijarse objetivos y, sobre todo, paciencia. Es un síndrome pasajero. En unas dos semanas desaparece.