Ictus
Algunos pacientes que han sufrdo un ictus denuncian que se sienten desahuciados por el sistema sanitario, que no les da un correcto tratamiento para su recuperación.
El ictus es la primera causa de muerte entre las mujeres en España y de discapacidad en el mundo. La terapia intensiva de neurorrehabilitación que ofrece CEN (Centro Europeo de Neurociencias) les ofrece una segunda oportunidad a muchas personas desahuciadas por el sistema sanitario convencional o que estaban apunto de tirar la toalla porque no conseguían mejorar. José López, Director Técnico y confudador de CEN, explica las ventajas de esta terapia.
¿Cómo y con qué objetivo surgió CEN?
"Nosotros nos fuimos a trabajar a Suiza, antes llevábamos 15 años trabajando en España en diferentes centros y hospitales. Cuando llegamos a suiza nos cambió todo. Era una forma distinta de trabajar. Allí las sesiones eran mucho más largas, incluso hasta 6 horas al día. Al principio no sabíamos qué hacer con un paciente tantas horas. Luego observamos que las mejoras que teníamos no las habíamos visto anteriormente. También es importante destacar que tenían muchos medios, robótica y otro tipo de tecnología. Esas dos cosas juntas, a lo largo de varios años, ha sido lo que hemos querido replicar en este centro ahora en España".
¿Qué se consigue con la terapia intensiva de neurorrehabilitación?
"Logramos que la persona aprenda más rápido e incluso cosas que de otra forma no se podrían conseguir".
¿Qué importancia tiene que el paciente entienda su problema?
"El 99% de los casos que llegan a nuestras manos se quejan porque no les han explicado qué lesión han tenido. Una persona tiene que entender qué le pasa y los motivos. La información es poder. Si tú le das información al paciente logras que se empodere. Es darle la capacidad de saber qué tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo".
¿Cuál es el objetivo de la rehabilitación?
"Principalmente es volver a rehabilitarle en la vida que hacía antes. Todo lo que haces es para que la persona consiga recuperar al máximo su vida anterior".
¿Cómo trabajan con pacientes COVID que han estado mucho tiempo hospitalizados?
"Los pacientes COVID tienen una sintomatología parecida a los pacientes con ictus, pero es mucho muy fácil de recuperar. No han sufrido una lesión primaria en el cerebro, han sufrido las consecuencias de un cerebro primado de movimientos por estar en la UCI. Estos pacientes tienen problemas de equilibro y coordinación. Es mucho más sencillo si se aplican las formas de trabajo y técnicas parecidas a las personas que han sufrido un ictus".
¿Hay algún caso que le ha marcado especialmente?
"Muchos casos me han marcado, sobre todo casos más severos. Un chico muy joven que tuvo un accidente de coche muy grave. Estuvo un año encamado sin moverse, cuando llego ni siquiera podía mantenerse sentado y no controlaba la cabeza. Estaba con los ojos cerrados, no respondía a ningún estimulo. Después de mucho trabajo durante un año, con sesiones diarias de seis horas, el chico consiguió ponerse de pie y comenzar a caminar. Muchos profesionales lo dan por casos imposibles. Nosotros desde que empezamos a trabajar de esta forma no tenemos un solo caso de una persona que no haya mejorado, todos evolucionan. Lo que necesitan es que los profesionales seamos capaces de ofrecerles mejores tratamientos y no los demos por casos perdidos sin intentarlo".
¿Existen los casos imposibles?
"Si yo no me hubiera ido a Suiza hubiera dicho de algunos casos que el paciente no iba a mejorar. Hasta que no le dedicas tiempo y tienes las herramientas necesarias, crees que no es posible. El problema es que la gente no conoce suficiente este tipo de tratamientos. Nosotros somos los primeros que nos hemos puesto en España a aplicar este tipo de tratamientos. Por ello, es necesario que se difundan este tipo de beneficios".