OPERACIÓN EN FASE EXPERIMENTAL
Médicos británicos insertaron electrodos en el cerebro de una mujer para tratar de curar su anorexia, una operación que está en fase experimental, indicaron hoy expertos del hospital John Radcliffe de Oxford, en el sur de Inglaterra. A la paciente, cuya identidad no ha sido facilitada, le colocaron los electrodos en una zona profunda del cerebro que registra lo que siente cuando come, por lo que el tratamiento está diseñado para modificar sentimientos de rechazo de la comida.
Tipu Aziz, profesor de neurocirugía del citado hospital, dijo hoy a los medios locales que el estudio está en sus primeras etapas, pero que de tener éxito puede cambiar la vida de las personas con anorexia, un trastorno de la alimentación por el que el enfermo se niega a comer y tiene una idea obsesiva de que está gordo.
"Los anoréxicos tienen un nivel de mortalidad cuarenta veces mayor que la población normal", dijo Aziz, y añadió que "la comida se convierte en un objeto doloroso" para los afectados. Según explicó, la parte del cerebro que hace que la gente disfrute de la comida no funciona en el caso de los anoréxicos.
"Este es un estudio muy preliminar para mostrar que si uno coloca electrodos en el lugar correcto, se puede alterar la reacción de las personas hacia la comida", añadió el experto. A la mujer se le colocaron diminutos cables que llevan electricidad y las señales eléctricas están pensadas para provocar un cambio en lo que el anoréxico siente con la comida.
"Esto supone apartarse bastante del tratamiento de este problema. pues en el pasado a la gente se le forzaba a comer", dijo Aziz, que ha puntualizado que hay que observar a la persona durante meses para conocer la evolución, pero que parece una operación prometedora.
Cerca de 1,6 millones de personas en el Reino Unido padecen de algún tipo de trastorno de la alimentación, de las que el 89 por ciento son mujeres, según el Instituto Nacional para la Salud. Muchas de ellas llegan a un nivel tan bajo de peso que deben ser hospitalizadas. Esta operación es similar, según Aziz, a otras llevadas a cabo en China y Canadá.