Salud

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Identifican la proteína que alimenta al cáncer, un gran avance para desarrollar terapias más efectivas

La investigación ha analizado la inestabilidad cromosómica, una característica de las células tumorales que fomenta que se produzcan más con un episodio de "caos celular".

Reproducción de células cancerosasiStock

El cáncer es una de principales causas de muerte en el mundo. Según el INE, en España fallecieron 433.163 personas en el 2023, de las que 26,6% se produjeron por tumores. Un nuevo estudio, publicado en la revista Science, ha supuesto un gran avance en la búsqueda de métodos para paliar esta enfermedad.

El grupo de investigadores italianos, liderado por el profesor Stefano Santaguida del Instituto Europeo de Oncología, ha conseguido identificar la proteína p62. Los expertos han conseguido este hallazgo tras analizar la inestabilidad cromosómica.

La inestabilidad cromosómica es característica propia de las células tumorales que hace que se produzcan una serie de errores a la hora de segregar cromosomas cuando se da la división celular. Esto provoca un episodio de "caos celular", fomentando la producción de más células tumorales descontroladamente y resultando que se vuelvan resistentes a los ataques terapéuticos.

El estudio ha concluido que la proteína p6 tiene la capacidad de inhibir dichos mecanismos que reparan el daño del ADN. De esta manera, se promueve a que se acumulen las alteraciones genéticas en las células cancerígenas.

Tal y como ha informado el medio italiano Gazzeta, esta investigación se ha convertido en un gran paso para desarrollar terapias contra el cáncer más efectivas. Es decir, si la proteína p6 se logra inhibir, podrían fortalecer a las células contra ese caos celular, y, por lo tanto, limitar el crecimiento tumoral.

Se descarta que el uso del móvil aumente el riesgo de cáncer

Tras más de treinta años de investigación, un estudio ha revelado la semana pasada que el uso del móvil no aumenta las posibilidades de padecer cáncer. Un trabajo realizado por un grupo internacional de científicos, liderado por Ken Karipidis ha realizado sesenta y tres estudios epidemiológicos realizados en los últimos 30 años, abarcando a millones de personas en 22 países.

Las alarmas se encendieron en el año 2011, cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer afirmó que la exposición a las ondas de radio eran un posible carcinógeno para los seres humanos.

Esta catalogación se basó en estudios científicos que mostraron asociaciones entre el uso de móviles y ciertos tipos de cáncer cerebral, como el glioma y el neuroma acústico. La nueva investigación ha desmontado esta idea. "Los teléfonos móviles emiten ondas de radio de bajo nivel por debajo de estos límites de seguridad y no hay evidencia de que la exposición a ellas tenga un impacto en la salud humana", han afirmado Karipids y Loughran.

"Esto significa que ahora podemos estar más seguros de que la exposición a ondas de radio de teléfonos móviles o tecnologías inalámbricas no está relacionada con mayor probabilidad de padecer cáncer", han subrayado los investigadores, recalcando que no "se encontró ninguna asociación entre el uso de teléfonos móviles y el cáncer de cerebro, ni ningún otro tipo de cáncer de cabeza o cuello".

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