Gripe aviar
Un virus en evolución que pone en riesgo la salud global.
La gripe aviar, causada por variantes del virus H5N1, ha encendido las alarmas a nivel mundial debido a su impacto en animales y su amenaza para los humanos. Aunque históricamente este virus ha afectado principalmente a aves, su reciente capacidad para infectar a mamíferos y los primeros casos graves en humanos han incrementado las preocupaciones de expertos en salud pública.
El H5N1 fue identificado por primera vez en Hong Kong en 1997, donde exterminó granjas avícolas al provocar hemorragias internas masivas en aves infectadas. Desde entonces, el virus ha evolucionado, extendiéndose por todo el mundo, afectando tanto a aves domésticas como silvestres.
En 2022, el H5N1 dio un giro al infectar mamíferos, incluyendo elefantes marinos en Argentina y ganado lechero en Estados Unidos. Este cambio evidencia la capacidad del virus para adaptarse a nuevas especies. Además, el contacto cercano entre humanos y animales infectados, especialmente en granjas y áreas rurales, ha provocado casos en humanos, aunque hasta ahora no hay pruebas de transmisión sostenida entre personas.
Hasta diciembre de 2024, Estados Unidos ha reportado 61 casos de gripe aviar en humanos. Algunos clasificados como "grave". Estos casos han ocurrido principalmente por contacto directo con aves infectadas o por consumo de leche cruda contaminada.
En Canadá, un joven fue hospitalizado en estado crítico tras desarrollar conjuntivitis y fiebre debido a una mutación genética que permitió al virus adherirse con mayor facilidad a las vías respiratorias humanas.
También, los brotes en ganado lechero han generado preocupación. En California se ha declarado el estado de emergencia por el brote, pues el virus se ha propagado con rapidez en granjas y ha supuesto un riesgo tanto para animales como para trabajadores agrícolas.
Existen dos escenarios principales que podrían desencadenar una pandemia de gripe aviar:
La gripe aviar tiene una tasa de mortalidad bastante alta. En aves y mamíferos, el virus puede destruir múltiples órganos, mientras que en humanos causa síntomas graves como fiebre, dificultad respiratoria y daño sistémico. En elefantes marinos y ganado lechero, se han observado tasas de mortalidad superiores al 90 %.
Sin embargo, aún no se ha confirmado una transmisión sostenida entre humanos, lo que mantiene el riesgo bajo.
Estados Unidos y otros países han comenzado a implementar controles más estrictos, incluyendo pruebas en granjas, cuarentenas y ensayos de vacunas experimentales para ganado. Además, los expertos recomiendan medidas individuales, como evitar el contacto con animales infectados, consumir solo productos lácteos pasteurizados y vacunarse contra la gripe estacional.
Aunque actualmente el riesgo de transmisión humana es bajo, la posibilidad de mutaciones futuras del H5N1 no puede descartarse. Cada caso humano ofrece al virus una oportunidad para adaptarse mejor a las personas, aumentando el riesgo de una pandemia.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han desarrollado vacunas y realizan vigilancia activa en trabajadores agrícolas y comunidades expuestas, aunque aún queda mucho por hacer para fortalecer la detección temprana y la respuesta global.
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