Salud

Fiebre hemorrágica Crimea-Congo

Así es la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, una grave enfermedad que transmiten las garrapatas y ha llegado a España

Un estudio ha detectado el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en 10 de 95 garrapatas que se han analizado, ninguna del género Hyalomma, que fueron capturadas en una zona periurbana de Ponferrada.

Imagen de archivo de una garrapataAgencias

Una de las enfermedades víricas que más preocupa a la Organización Mundial de la Salud es la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) debido a su elevada mortalidad, la ausencia de vacunas eficaces, su capacidad de transmisión de persona a persona y la enorme capacidad de mutación del virus que la provoca. Fue en 2021 cuando la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo surgió de manera inesperada en humanos en el noroeste de España con un caso que se asoció a la picadura de una garrapata a las afueras de la ciudad en la que residía el paciente, en Ponferrada, y también en 2022 cuando se notificaron dos casos más en la región, suponiendo la muerte de un agente forestal de 51 años. Desde 2013, se han detectado 13 casos de FHCC en España.

En 2021, después de que se notificara el primer caso de esta enfermedad en humanos en El Bierzo, León, los investigadores del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos comenzaron un estudio para determinar si el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se encontraba circulando en garrapatas en las afueras de la ciudad de Ponferrada. Con la intención de llevar a cabo este propósito, se llevó a cabo un recorrido a pie de 30 km en la periferia de Ponferrada. Allí se recolectaron garrapatas a través de mantas de algodón para identificar las especies involucradas en la transmisión local del virus.

En el proceso de recolección, se observaron rastros de ungulados silvestres, que son hospedadores de garrapatas, por lo que se evaluó la presencia potencial de H. marginatum dependiendo de la densidad de explotaciones y ganado vacuno. Estas garrapatas que se recolectaron se llevaron al laboratorio para realizar su identificación morfológica y análisis de ARN para evaluar la prevalencia del virus.

10 de las 95 garrapatas analizadas estaban infectadas

Gracias a la PCR y a la secuenciación se comprobó que 10 de las 95 garrapatas analizadas se encontraban infectadas por el virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, la que podría ser una de las tasas de infección más altas jamás documentadas en garrapatas de vida libre que buscan alimento.

Las garrapatas de las especies Hyalomma lusitanicum y Hyalomma marginatum son los principales vectores de este virus en la Península Ibérica, por lo que resultó sorprendente que ninguna de las garrapatas encontradas positivas perteneciera al género Hyalomma.

A pesar de ello, la limitada extensión del área de estudio podría haber pasado por alto focos muy favorables para las garrapatas Hyalomma spp. en la región, de manera que no es posible descartar que pudieran haber desempeñado un papel en los casos humanos de fiebre hemorrágica Crimea-Congo notificados en El Bierzo.

De esta manera, los resultados en este escenario sugieren la necesidad de considerar que el virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo puede estar extendiéndose al noroeste de España, así como de entender el posible papel de garrapatas no Hyalomma spp. en la dinámica eco-epidemiológica del virus.

Fiebre hemorrágica de Crimea-Congo

El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se transmite a través de la picadura de garrapatas y puede causar fiebre hemorrágica. Se trata de una enfermedad grave, la cual presenta una tasa de mortalidad de hasta el 40%, según el estado de salud de la persona infectada.

Entre los síntomas más comunes se encuentran la fiebre, dolores musculares, abdominales y articulares, vómitos y hemorragias que pueden llegar a causar fallos orgánicos.

El virus se encuentra presente en unos 40 países, entre los que se encuentran territorios de Asia Central, Oriente Próximo y partes de África. En los últimos años, esta enfermedad se ha ido extendiendo a nuevas zonas geográficas debido al cambio climático, como España y Francia.

La especie de garrapata que puede propagar la enfermedad también ha sido observada en Alemania y Suecia, aunque todavía no existen tratamientos eficaces.

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