Vapear
Se convertirá en la primera comunidad en equiparar los vapeadores, tengan o no nicotina, al tabaco. Para consumirlos habrá que tener más de 18 años.
La decisión está tomada y la maquinaria ya ha echado a andar, por lo que es solo cuestión de tiempo. El que marquen los trámites legales y administrativos. Una vez cumplidos, Galicia se convertirá en la primera comunidad de España en igualar el 'vapeo' al tabaco.
El objetivo fundamental que se ha marcado la Consellería de Sanidade es evitar el consumo entre adolescentes. Esa edad crítica en la que se inicia el hábito y que puede desembocar en consumidores, incluso, de por vida.
Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada nueve niños ha probado el vapeo. Y dice la Sociedad Española de Medicina de Familia que hasta el 45 % de los adolescentes de entre 14 y 18 años ha vapeado alguna vez. Pero quizá el dato más alarmante es que uno de cada cinco lo hace a diario. A diario. Amparados en muchos casos por la creencia de que se trata de un hábito inocuo.
No es así. La falsa creencia de que los vapeadores tienen menos riesgos para la salud, o incluso ningún riesgo en el caso de que no contienen nicotina, ha hecho que su consumo se extienda entre los más jóvenes casi como si de un juego se tratase. Saben a fresa, a melocotón, a refresco de cola,… Los hay para todos los gustos.
En ocasiones son los propios padres los que los permite, sin ser conscientes de lo que suponen. Una industria que incluso ha creado vapeadores decorados con personajes infantiles, personalizables o conectados al teléfono móvil para contar el número de “caladas” diarias. Todo un mundo que, por supuesto, también tiene su caldo de cultivo en las redes sociales, donde no son pocos los influencers que se han unido a la moda.
Pero lo cierto es que, aunque no contentan nicotina, se han encontrado sustancias cancerígenas en estos productos y el Ministerio de Sanidad ha notificado efectos fisiológicos adversos en las vías respiratorias relacionados con su uso. Efectos similares a los que se asocian al humo del.
Por no decir que no estamos ante un elemento que ayude a dejar de fumar a aquellos ya metidos en el hábito. Esta es otra de las maneras de introducirlo que ha utilizado la industria, pero nada más lejos de la realidad. El vapeo puede acabar convirtiéndose precisamente en la puerta de entrada. Una puerta que se abre, en ocasiones, en forma de regalo de cumpleaños o de comunión.
Contra esto se quiere actuar. Desnormalizar su uso para frenar su avance. Igualar su consumo al del tabaco y prohibir que se puedan hacer campañas de publicidad e introducirlos de la manera que sea en la vida de los más jóvenes.
Galicia ha dado un paso adelante para alcanzar un objetivo ambicioso pero necesario. Y cuanto antes mejor.
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